Un impuesto para ricos
Antuña, Joaquín - sábado, 18 de junio de 2016
El candidato del Partido Socialista en sus denodados esfuerzos de complacer a Podemos y superarles por la izquierda para atraer a las franjas más intransigentes de este conglomeado de indignados ha propuesto un impuesto de solidaridad para nutrir el Fondo de Pensiones y en aras de la popularidad anuncia que lo pagarían las grandes fortunas y las grandes empresas. El ciudadano incautó puede frotarse las manos y exclamar "Ya era hora que se hiciera justicia", "Que paguen los ricos". No manejo los datos del Profesor del CEU Javier Morillas, pero deseo recordar que el Impuesto de Patrimonio conseguía recaudar 800 millones de los ricos y que aunque se elevará el coeficiente cuatro o cinco veces no se recaudaria suficiente para colmar la brecha de la hucha de las pensiones. Peor todavía es la tasación extraordinaria a las grandes empresas, ya que afectan al tejido productivo del país. La deslocacion a países de más ventajosa fiscalidad podría ser el resultado de este afán recaudatorio. Si a la industria del automóvil se la somete a un tratamiento especial gravoso podrían coger el picaporte e irse. Esto lo sabe el Sr Iglesias y sus correligionarios y no les asusta pues lo que persiguen es un estallido social que les permita hacerse con el poder e imponer un régimen justicialista en España. En sus dislates hablan de crear una banca pública que sería gestionada por los políticos próximos a cara de ángel Garzón de quien parte está iniciativa. Les siguirian la electricidad y las fuentes de energía y ya tendríamos otro modelo de desarrollo dirigido por el Estado. Resucitarían el INI, este Instituto Nacional de Industria del franquismo copiado de sus primos mussolinianos. Antes o después ante la fuga de capitales, ya que el dinero tiene miedo, se tendría que imponer el corralito y el control de cambios. La demagogia habría triunfado y se compensaría poniendo en la picota a los ricos e imponiendo una rígida censura para impedir que se denunciarán su propio nepotismo y tropelías económicas. Un paso más Judicatura y Policía al servicio del poder y ya tenemos un 1984 de Orwell servido y listo para ser consumido y padecido por una ciudadanía que de forma frívola no supo anticiparse ante este escenario de derrumbe de la economía de la cuarta economía de la Unión Europea. Es cierto que no es esta la intención de Pedro Sánchez, pero si preguntará a su asesor Sevilla le diría que no se debe asustar a las multinacionales. Elévense un poco los impuestos. Concuérdese una solidaridad razonable y no se asesine, se eche las manos al cuello a la gallina de los huevos de oro, aunque suene tan bonito en los mítines y ponga la boca agua de los inquisidores y de los envidiosos. Por los impuestos hacia el Leviatan de Hobbes. Empujemos a los artistas y grandes talentos a buscar fiscalidades más amables como hizo Gérard Depardie en Francia que se hizo ruso o la baronesa Thyssen que se ha hecho de fiscalidad andorrana. Divino Pedro apela a la socialdemocracia de Willy Brandt y de Felipe González, no te dejes embaucar por los cantos de sirena de los populistas e inquisidores nacionales, ten el bon seny catalán o el sentidiño gallego.

Antuña, Joaquín
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