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El desfile de Carmena

lunes, 13 de junio de 2016
Hoy en el autobús los pasajeros se restregan los ojos. Estamos en la calle Princesa a la altura del Palacio de Liria. "No puede ser" es una nutrida comitiva ciclista todos desnudos chilla una señora "hasta aquí hemos llegado" para tratar de calmarla le digo que se trata del desfile de Carmena para preparar el orgullo, de este año que preludia la cita mundial de 2017 de los gays de todo el orbe. El desfile de Carmena
Es una pura invención pero los pasajeros se agolpan para verlos pasar a estos cicloturistas nudistas, que reivindican carriles bicis y un respeto a los automovilistas y la matraca muy respetable del medio ambiente. En bolas y a pelo. La dama sigue muy excitada como si llegara el Apocalipsis a la vuelta de la esquina. Sigo fabulando y le explico que probablemente estén reinvicando el matrimonio del nuevo milenio que incluirá a mascotas de todo tipo, a los pulpos gallegos, a los cochinos extremenos y a las vaquinas asturianas. La señora se santigua y para sus adentros pronuncia un solemne va de retro. Son unos 200 los forzados de la ruta y pronto desaparecen de nuestra vista y llegamos a la Plaza España. En la Villa y Corte soplan nuevos vientos y su flamante Ayuntamiento inspira un espíritu de los tiempos acorde al espíritu de Carnaval permanente que desean reine en Madrid. Son maravillosos iconoclastas de mercadillo. Se ha abierto la veda a lo que en francés se llama "epater le bourgeois" asombrar, escandalizar a los burgueses, que trabajan de sol a sol, tienen vidas grises y necesitan bufones que les coloreen un poco sus vidas opacas, es un servicio publico por eso se proponen tomar las calles con su zafiedad y mal gusto, son los profetas del feismo okupa. Al llegar a Cibeles me despido cortésmente de la dama y le propongo que en su parroquia encienda una vela por esta alcaldesa de los orgullos,‎ me promete hacerlo. El diablo cojuelo ha vuelto y se ha enfundado el casco del buen ciclista, se ha despojado de sus calzas y demás atavios y pedalea liberado con la sonrisa podemita. Prometen la felicidad a la desprevenida ciudadanía a la que quieren dejar "en bolas".
Antuña, Joaquín
Antuña, Joaquín


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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