La Isla de San Simón, geográficamente asentada en el archipiélago de San Simón, en la ría de Vigo, en la actualidad se presenta como un espacio de reflexión, de inspiración y de convivencia.
Se piensa que ya estuvo habitada en la prehistoria, incluso en la romanización de la península ibérica, pero este dato no se puede asegurar hasta el siglo XII, con la llegada de la Orden del Temple y la creación de un monasterio.
Fueron tres los destinos funcionales de este particular espacio hasta llegar a lo que es hoy; un entorno privilegiado tocado por la diosa naturaleza en el mejor de los enclaves, reservado para actividades lúdicas y culturales.
En primer lugar y desde su inicial asentamiento religioso, pasó a ser un lazareto marítimo, ayudando así a dinamizar el puerto de Vigo. Más tarde se convirtió en un lugar de aislamiento para enfermos infecciosos y convalencientes, y por último, ya en tiempos de la guerra civil, un espacio donde alojar presos políticos.
Con el paso del tiempo, todos los edificios ubicados en la Isla de San Simón, cuentan la historia de sus antes moradores; heridas que lo convierten en un lugar único, santo y seña de una biografía cargada de personalidad.
Ayer martes los alumnos de la UNED Sénior A Coruña, junto con su profesor de Historia de Galicia, Felipe Senén López, se trasladaron hasta este maravilloso enclave para conocer en primera persona su crónica, su historia; su pasado y su presente.
