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Cambio 2016

jueves, 02 de junio de 2016
La palabra cambio se ha convertido en un tótem en todas las lenguas,es el eslogan favorito de todos partidos y políticos que aspiran al poder. Normalmente es un quítate tu para ponerme yo, ofreciendo una renovación de las personas. En España el importante "cambio" fue el de Felipe González con su PSOE, que suponía una izquierda democrática que accedía al poder y continuaba la equiparacion de España a los países europeos de su entorno, a sus modos y reformas.Despues de los trece años de felipismo el cambio perdió su sentido de innovación y las elecciones confirmaban o reemplazaban a los gobernantes. El aznarismo o el zapaterismo se encuadraron dentro de los esquemas democráticos con los matices propios de sus respectivos partidos. Parecía que se consagraba el bipartidismo, pero la nueva Gran Depresión de los años dosmil parecida a la de 1929, dio luz verde a la irrupción de dos partidos nuevos Ciudadanos y Podemos, ambos populistas, ambos críticos con lo "viejo" respecto a lo "nuevo", regeneracionista el primero y revolucionario el segundo. Ninguno de los dos reconociendo la raíz del problema, la depresión económica y afirmando a la limón que los causantes de los "recortes" sociales eran los actuales gobernantes, esquema este que salvo en el Reino Unido se ha repetido hasta la saciedad llegando al paroxismo en Austria y en Estados Unidos. En España se introduce un nuevo concepto "el adanismo", es la juventud que desprecia a las capas de mayor edad de la población y se preparan para inventar la rueda. La edad como discriminación, se llega al disparate de decir que los nuevos políticos se entienden porque son jóvenes, no por sus ideas y proyectos. Es la generación del cómic. Otro factor novedoso es la política espectáculo. La televisión al servicio del entretenimiento ciudadano, la política basura prostrada ante la política. Los candidatos y sus adlateres convertidos en monigotes, en titiriteros, en objeto de diversión y ludibrio publico. En estas circunstancias entre lo joven y lo divertido los partidos populistas se afanan en ser cada cual más ocurrente y en vender humo, polvo de estrellas, subastando esperanza sin pudor ni recato. Los unos inventandonse un ciudadano impoluto, serio, trabajador y ecuánime que difícilmente podrá existir en un país de arraigadas costumbres de alegres corruptelas y de amiguismo acendrado y los otros levantando el dedo vengador de Júpiter contra la casta, los bancos, las multinacionales, la iglesia y el trono postulando un revanchismo que convierta en triunfadores de la tremenda guerra civil a los que la perdieron. El cambio 2016 que se ofrece es un regreso a escenarios fracasados que deberían llevar a cabo personajes imaginarios cuya única etiqueta es ser nuevos y jóvenes. Los populismos son como los terremotos y los sunamis son cortos pero sus secuelas son muy largas. Lo triste es que en esta campaña política no se ofrecen ni ideas nuevas, ni proyectos de futuro. El PP como partido conservador postula continuismo aparcando la corrupción y el PSOE como máquina de poder desea llegar al poder a toda costa presumiendo de sus logros pasados. Ninguno de los dos representan ningún cambio,pero si afirmación de principios democráticos al uso en Europa. Los electores no lo tenemos facil y el único consejo que humildemente se puede darles es el ácido comentario de un candidato a la Presidencia de los Estados Unidos "ES LA ECONOMIA IDIOTA".
Antuña, Joaquín
Antuña, Joaquín


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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