El fin de semana pasado salí a cenar con unos amigos al parque de mi ciudad. Buscamos acomodo en el restaurante que hay frente al pequeño lago artificial, donde abundan los patos, las ocas y algún cisne. Para los niños es una gozada, que no paran de correr y jugar todo el tiempo y nosotros estamos muy cómodos. Allí, la duda que corrió entre nosotros estaba en las corrientes frías que aún se levantan con la caída del sol. No ha entrado el verano y a veces en aquel sitio comienza a levantarse algo de fresco a ciertas horas de la tarde.
Aún con cierto temor, fuimos porque el ambiente del parque bien lo merece, las vistas son hermosas, los niños se divierten y la comida es bastante buena. El acierto fue total, el propietario del restaurante había recibido varias quejas al respecto de los vientos y él mismo era consciente de la pérdida de clientela que le suponía no estar resguardado adecuadamente de los aires más fríos que provienen de la sierra. Así que colocó un cerramiento de cristal en toda la parte de la zona de veladores.
Fue cuando empezó a refrescar, cuando nos planteamos irnos, pero rápidamente el dueño del bar nos sorprendió a todos cerrando automáticamente la parte por la que nos entraba la brisa, manteniéndonos de este modo a cubierto y pudiendo alargar la jornada con los amigos y la familia. El acristalamiento permitía seguir con las vistas, pero te aseguraba un espacio protegido muy de agradecer. Todo un acierto por parte del empresario que logró de esta forma duplicar la factura de nuestra mesa cuando le dijimos que nos quedábamos y tomaríamos algunos licores.
Según nos explicó, el
techo móvil y el resto de cristalería, poseía unos sensores para la lluvia y el viento que complementaban la automatización del techo. Estos se activaban automáticamente ante la detección de las inclemencias.
Tanto me gustó la idea, el diseño y la estructura, que decidí recomendárselo a mi suegro, que también tiene un bar y que, por vivir en esta zona de España, en la que hace tanto frío durante gran parte del año, no puede aprovechar suficientemente la zona que él mismo tiene destinada a mesas en la calle.
Tecnología de las comunicaciones
Lo llamé varias veces pero parecía no tener cobertura o estar desconectado, así que decidí enviarle un mensaje vía whatsapp pero, sorprendentemente, no tenía esta aplicación instalada en su móvil. Algo profundamente ilógico en los tiempos que vivimos. No hay nada más sencillo que instalarla y me prometí que la próxima vez que lo viera yo mismo se la instalaría.
Whatsapp es una de las aplicaciones más distribuidas en Estados Unidos y Europa y cuenta ya con 700 millones de usuarios en el mundo, datos recogidos con fecha del 2015. Esta aplicación no sólo facilita el envío gratuito de mensajes de texto, sino también videos, fotografías y mensajes de audio sin necesidad de utilizar redes de telefonía. Imprescindible herramienta para mi suegro o para cualquier ciudadano occidental con móvil.
Cualquiera puede tenerlo instalado ya que la facilidad que existe para descargar whatsapp gratis solo es comparable a su facilidad de uso. En la página web
descargawhatsappgratis.me lo explican de maravilla y ya no habrá excusa para que lo tengas.
Yo mismo tengo la versión de whatsapp para pc, para cuando tengo que trabajar. Puedo entonces dejar el móvil aparcado, evito que me interrumpan, y al mismo tiempo no me pierdo los posibles mensajes que me lleguen por esta vía. Me queda descargar Whatsapp para Tablet y conseguir, de este modo, estar conectado siempre con la gente que quiero.
Mi mujer me comentó que el problema residía en el modelo de móvil que seguía usando su padre. No era un smartphone ni muchísimo menos un iphone, era un Motorola antiquísimo que todavía seguía usando. Siendo como es un hombre de costumbres fijas, no había cambiado su celular y no se había adaptado a los nuevos tiempos de la información en los que vivimos.
Por lo tanto, siguiendo con la idea original de instalar whatsapp en el móvil de mi suegro, tuve que replantearme la situación y retroceder un paso para lograr mi objetivo. En primer lugar, debía adquirir un móvil actual, con las posibilidades lógicas, en estos tiempos que corren, de tener al alcance el correo electrónico y el servicio de mensajería apropiado, como mínimo. Me propuse buscar ofertas de móviles nuevos, pero también móviles de segunda mano en diferentes páginas webs de
telefonía segundamano. En la página del enlace, no solo encontré magníficas ofertas de móviles, sino además otras cosas que quería para mí. Entre esas cosas, siempre me interesó, yo que soy amante del ciclismo, una cámara GoPro para grabar mis circuitos y carreras e intentar, con estas grabaciones, contagiar mi pasión a mis amigos y lograr que me acompañen en mis salidas.
Tecnología del ocio
Tengo entendido que las cámaras GoPro son las más versátiles del mundo, llamadas cámaras de acción, de alta definición para, precisamente, tomar fotos o videos de deportes extremos, gracias a un objetivo de gran angular. Es compacta, resistente y muy ligera, lo que nos permite colocarla en los manillares de las bicicletas, en las muñecas o en el casco, además de muchísimos otros soportes.
Pueden configurarse para funcionar de forma automática o por control remoto. Esto te da total independencia para disfrutar de tu deporte favorito, sea cual sea, y visionarlo después con una sensación de experiencia de inversión en la imagen que has grabado practicando tu deporte.
Existen varios modelos, pero como la empresa se está actualizando constantemente, hay muchos que se han descatalogado para que sólo sobrevivan los mejores modelos, como es el caso de
GoPro Hero 4, que es la que me tiene realmente enamorado, tanto por la calidad de sus videos (a 2,7 k) y fotos (12 megapíxeles y hasta 30 fotografías por segundo) como por traer pantalla táctil integrada. ¡La primera GoPro en llevarla!
Existen varios modelos en activo de esta cámara y la original, la GoPro Hero, cuesta poco más de 100 euros. Me llevaré esta ganga seguro y probaré con ella. Puede que tal vez, más adelante, me compre la versión 4.
