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Reforma empresarial

Paz Palmeiro, Antonio - viernes, 27 de mayo de 2016
Es evidente que si hay cuatro millones de parados en España, algo tendrá que ver en ello el sector empresarial, que es el que crea los puestos de trabajo. Es más, el tener una tasa de paro tan elevada significa que nuestro sector empresarial no va todo lo bien que sería deseable porque tal vez sea deficiente y anticuado. Hay muchas empresas de servicios y de construcción, y cadenas de tiendas de ropa que fabrican más en terceros países que en España, pero hay pocas empresas industriales y un sector agropecuario donde los agricultores y ganaderos no levantan cabeza porque las cadenas de alimentación y las centrales lecheras, que les compran lo que producen, son las que ponen los precios.

Por lo tanto, en lugar de una reforma laboral a favor de los empresarios, que ha generado despidos y precariedad laboral con contratos temporales y bajos salarios que, lógicamente, implican una bajada del consumo, el Gobierno que resulte de las elecciones del 26 de junio debería preocuparse de hacer una reforma empresarial, es decir, una mejora del sector empresarial para incrementar la actividad económica, y dejar tranquilos a los trabajadores.

Una mejora del sector empresarial, en principio, deberá favorecer a los pequeños y medianos empresarios de sectores que crean riqueza, como el industrial y el agropecuario y, por supuesto, implicará potenciar el I+D+i y apoyar a los emprendedores.

Se deberían simplificar los trámites para crear una empresa y para contratar trabajadores, eliminando diferencias autonómicas, y rebajar, en la medida de lo posible, los gastos de seguridad social que suponen los trabajadores para las empresas.

Mientras dure una actividad empresarial, los trabajadores deberán estar en buenas condiciones, en cuanto a salarios y horario laboral, es decir, no en régimen de semiesclavitud. Así rendirán más. Es decir, la jornada laboral no deberá sobrepasar las ocho horas. Dos empleados trabajando doce horas diarias equivaldrían a tres empleados trabajando ocho horas diarias y ello supone, por tanto, un parado más.

Se deberá aumentar el importe del salario mínimo interprofesional, uno de los más bajos de la Unión Europea, para que cualquier trabajador trabajando ocho horas diarias gane lo suficiente para sufragar las necesidades básicas: alimentación, vivienda, ropa y gastos corrientes. Así aumentará el consumo.

Es muy importante conseguir que todos los empresarios tengan a todos los empleados con contrato, paguen salarios justos, paguen sus impuestos en España, tengan seguridad en el trabajo y fabriquen en España y no en paraísos laborales. Por ello, se deberá potenciar la inspección de trabajo para evitar que en algunos sectores haya trabajadores sin contrato o con contratos de tres horas trabajando diez horas, por ejemplo.

En cuanto a las grandes empresas, habrá que conseguir que las empresas del IBEX 35 paguen un porcentaje de impuesto de sociedades real al menos como las pymes, y evitar abusos en los precios por parte de los oligopolios de los sectores de la electricidad, combustibles, telecomunicaciones y alimentación.
Paz Palmeiro, Antonio
Paz Palmeiro, Antonio


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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