La hora de los necios

El buen tiempo con este maravilloso sol madrileño nos invita a la alegría y a tomar la vida menos en serio, a un carpe diem ‎simpático y despreocupado, siempre que nos toque estar en un lado sin nubarrones, sin enfermedades, ni problemas acuciantes.

Asi podremos disfrutar del simpático disparate y esperpento que se ha instalado en la vida nacional con ocurrencias y chanzas de todo tipo. A veces sujetándonos las mandíbulas para no desencajarlas de tanto reir.

Las bromas universitarias nos contagian, los goliardos campean por sus respetos y tenemos que soltar carcajadas y disfrutar de esta sociedad en que cada cual dice lo que le viene en gana sea o no relacionado con una mínima verosimilitud.

La vida como experimento. El desmadre o despelote universalizado. De nada sirve fruncir el ceño y ponernos negros o rojos de colera. Ni reprochar, ni sumirse en un berrinche permanente. Al contrario, riámosles las gracias a todos estos simpáticos y peripateticos personajes que proyectan sombras de guiñol descerebradas, no son pateticos, son desternillantes, una pirueta divertida de los juegos democráticos nos los ha puesto en la picota pública para nuestro deleite y diversion.

Cuán mayor sea el dislate, riámonos más fuerte y convirtamos los dislates en momentos de gozo y despiporre. Viva la bohemia y el disfraz, pongámonos las gafas del amor, las lentes de lo apolineo y lo afrodisíaco y tratemos de no sufrir atragantos y riámosles de todo corazón todas sus barbaridades, que rozan la estupidez supina, aprovechémonos de esta feliz coyuntura y disfrutemos como enanos engrandecidos por el buen humor, tomemosnos la vida en broma y permitamos que estos grotescos personajes nos tomen el pelo todos los días y a todas horas; dejémosles que se cuezan en su propia salsa y no deseemos que les lleguen su mericidísimo San Martin, sino abracemos la alegría de vivir, la joie de vivre. La democracia es un precioso caleidoscopio. Gocemos de esta hora de los necios.

(Joaquín Antuña es Presidente de Paz y Cooperación)