Puxa Sporting!

Las emociones rigen los momentos más bellos de nuestras vidas. Hay instantes de gran alegría personal y trascendente como el nacimiento de un hijo, el matrimonio, la consecución de un buen trabajo, los éxitos de todo tipo como un premio académico, pero más allá ‎de esa esfera personal que toca nuestra sensibilidad y altera con fuerza nuestro pulso y acelera los latidos de nuestro corazón, esta la dimensión colectiva que nos vibrar y derramar lágrimas de felicidad. Uno de estos ha sido la salvación del Sporting de Gijón, incluso para los ovetenses, ha constituido una afirmación de orgullo de una región golpeada por la crisis.La minería desmantelada, el acero surcando mares turbulentos y pugnando con aguas bravias en manos de un magnate de la India. Si a esto unimos un club sin recursos endeudado como uno de los desahuciados que han encumbrado a la Colau. Un panorama tétrico digno de un tangazo argentino, con su carga de dramatismo y victimismo, que distingue también a todos independentistas que en el mundo han sido, que son especialistas de vivir del cuento. Por ello y gracias a una conjunción de favores de amigos del Sporting, entre los que se contaron el año anterior los jugadores del Lugo y también los del Betis, que este año repitieron y vendieron cara su piel en defensa de sus cuates astures. Quienes siguieron los avateres triunfales del mundial de Sudáfrica saben de que estoy hablando. Claro es que son emociones diferentes las que nos atañen personalmento y las que nos sumergen en delirios colectivos. En los países sin historia,en que sus ciudadanos viven vidas aburridas la política no llega a las fibras sensibles y esto es una gran fortuna, ya que en política los delirios generan monstruos en forma de hombres del destino, que embrutecen, adocenan y humillan a sus ciudadanos. Por ello los éxitos deportivo nos hacen felices sin el riesgo de que emerjan monstruos que nos impongan el pensamiento único, ni los corralitos que golpeen nuestros ahorros, ni nos impongan veneraciones a ídolos y demás espantanjos, así es que para los asturianos, que adoramos a nuestra Santina, aunque muchos puedan ser rudos y pendenciero ateos o mozas de lance de figon cervantino, escanciamos una sidrina y con los labios todavía salpicados gritamos a coro Puxa Sporting! Y Puxa Asturies! Eso si con un fraterno abrazo para nuestros queridos primos gallegos.