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El voto útil ante la escala de valores

lunes, 09 de mayo de 2016
Los partidos políticos han cometido graves perversiones para apropiarse del sistema democrático. No están abiertos a la sociedad civil, de ahí que ni la representan, la usan a su antojo y conveniencia, impiden que los mejores de tal, lleguen a esos instrumentos que deben ser meros intermediarios entre el poder popular y el poder institucional.

Pero, para mi sensibilidad de persona libre, con derechos ciudadanos, necesitada de la democracia participativa, decente y culta, lo peor es que una "tropa de indigentes culturales" aventureros sin escrúpulos, hayan ocupado todos los resortes del Estado de Derecho en la democracia española. Hasta se permiten alienar con sus mensajes y sustituir la cultura por las diferentes subculturas.

Uno de los insoportables dicterios que acuñan cada vez que llegamos a las campañas electorales es, lo que debe ser el voto útil. Incluso, cuando no logran capturar la voluntad del ciudadano, prefieren que se abstenga, ya que cuanto peor lo tienen por sus desmanes, más barato necesitan que salga -en votos- cada escaño, máxime con la Ley D´Hondt y el reparto de escaños por la geografía de España.

Creo que los cuatro meses de teatro que hemos vivido tras las elecciones del 20-D, son muestras para que no se repitan los resultados, el pueblo español siempre ha estado por encima de sus dirigentes políticos, haciendo virtud de la necesidad y verdad del Cantar del Mío Cid -"¡Que buen vasallo, si hubiere buen señor!"

Me permito una reflexión compartida, que no pretende pontificar sobre bueno y malo, derechas o izquierdas, y mucho menos definir lo que es, el denominado voto útil. Trataré de establecer mi escala de valores y aplicar a tal, el voto consecuente.

Prefiero recordar que la excelencia de la democracia viene dada por la igualdad ante la urna y la capacidad del voto para promover la alternancia en el poder. De ahí que insista en la necesidad que tenemos de ejercer el derecho al voto, como herramienta democrática para cambiar lo que no queremos suceda, recordando siempre que "podemos pasar de la política, pero la política nunca pasa de nosotros".
Indecencia. En su doble contenido. La corrupción y la mentira. A la corrupción se llega, al menos por tres caminos: financiación ilegal de los partidos políticos; apropiación de dineros públicos; usar el poder para favorecer económicamente a gentes que luego devuelven el "favor" con dinero o cargos desde los que se consiguen beneficios de toda índole para el político o su familia. La mentira es para la política una herramienta perversa que demuestra el desprecio hacia los ciudadanos y contribuye a sustituir la democracia por la partitocracia.

Defraudación fiscal y financiera. Los partidos políticos permiten, alientan, protegen, la defraudación del poderoso, mientras son implacables con la gente corriente. Lo hacen por activa y pasiva. Sólo hacen uso de la persecución cuando les conviene por razones ejemplarizantes a su inventario inconfesable, y muestran como la justicia es un mero títere en manos del poder político. Lo mismo que bancos y cajas de ahorro, han prestado ingentes cantidades de dinero a las formaciones políticas, y así las tienen sometidas al dicterio de la gestión de las deudas.

Transformación de los derechos sociales en mercancías. Desmontar el Estado del bienestar social, no es sólo una actitud economicista, es también una fórmula para privatizar un espacio rentable que acoge necesidades imperiosos de los ciudadanos, es convertir servicios públicos esenciales, en actividades con fines lucrativos.

Desprecio al pueblo. Que se manifiesta al olvidar dónde ha sido elegido-
circunscripción- Conversión en élite privilegiada, sin la más mínima vergüenza. Hacer méritos en la curia del partido y desconectarse del tejido social del que procede. Usar del pueblo para los intereses bastardos propios y del partido como empresa a todos los efectos.

Falta de conocimientos útiles a la sociedad. La inmensa mayoría de los políticos profesionales, no tienen méritos objetivables, y han dedicado su vida a buscar como entrar en los círculos del poder partitocrático, careciendo de oficio o profesión que avale una experiencia útil a la sociedad que les toca representar. Llega a darse el contrasentido de señalar como negativo el curriculum profesional, y mostrarlo como un alarde de superioridad en un mundo de mediocres, badulaques y gañanes.

Ignorancia supina de la historia, geografía y patrimonio cultural del territorio al que representan, mientras controlan desaforadamente sus presuntos derechos económicos -sueldos, dietas, subvenciones, reintegro de gastos-, razón primera de su presencia en la política, a la que toman como profesión.

Incapacidad para comprender la independencia y jerarquía de los poderes. El legislativo es el único que emana del pueblo y debe controlar al ejecutivo, amén de hacer leyes, reformas, espacios para la defensa de la ciudadanía. El ejecutivo gobierna pero se debe al Parlamento. El judicial, debe ser independiente y profesional, eficiente y garantizar la igualdad de todos ante la ley. La felonía de un Gobierno en funciones que se ha negado a comparecer ante el Parlamento, es una muestra más del concepto de democracia que tienen en el PP.

Defensa del derecho a una pensión digna. Máxime cuando los trabajadores pagan su pensión a lo largo de toda una vida laboral con cotizaciones obligatorias, que deben enmarcarse en un pacto intergeneracional que garantice el poder digno adquisitivo de tales prestaciones.

Defensa del derecho a la asistencia sanitaria. El Servicio Nacional de Salud es un Servicio Público Esencial, una fuente de riqueza y de empleo público, y la mejor garantía del derecho a la salud de los ciudadanos, desde un método profesional, integrado e integral del denominado espacio socio sanitario. El escándalo de los muertos por decisiones economicistas a la hora de administrar los antivirales de la Hepatitis C, es el último ejemplo de hasta dónde pueden llegar si les dejamos.
Derecho a la igualdad de oportunidades ante la cultura y la formación profesional.
No puede ser que la disponibilidad de recursos económicos familiares, sea la frontera entre los que acceden a los estudios y las titulaciones.

Esta es la escala de valores, en su conjunto, irrenunciable, y sobre la que se debe aplicar el voto útil...a los derechos para una vida mejor en el seno de la sociedad del siglo XXI.

Sobre tal afirmación y postura personal, algunos quedan eliminados del voto útil, por su comportamiento, por el uso y abuso que hicieron de la confianza otorgada por los ciudadanos en las urnas.

No se puede presumir de estabilidad, si tal, consiste en mantener los errores, los modelos, las injusticias, la desvertebración de la sociedad, de desigualdad entre territorios, la ruptura de la unidad nacional, la presencia del Estado para organizar la solidaridad entre los afortunados y los parias.

Llegados a las campaña electoral, y habiendo cuatro formaciones con igualdad de derechos, y siendo preciso alcanzar la máxima eficiencia en el gasto, es inexcusable que haya debates. Pero sin trampas, sin escapatorias, sin tapados. Parece que en tal escenario algunos se sienten incómodos y desprecian el derecho del ciudadano a presenciar tales debates.

El voto útil es el que garantiza la democracia participativa y la dignidad de los seres humanos. El voto útil es aquel que desaloja a los que han pervertido el sistema democrático y los derechos que son conquistas del pueblo. El voto útil es aquel que evita que nos sigan robando.
Mosquera Mata, Pablo A.
Mosquera Mata, Pablo A.


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