Pedro y Pablo

Como en la ópera y en la castiza zarzuela en España, tenemos un dúo de moda,ambos madrileños y de polos opuestos; de la trabajadora Vallecas al opulento y pijo Pozuelo, de barriada y de urbanizacion. Son Pablo, el popular coletas de las tertulias televisivas y Pedro, el chico deportista universitario, que pertenece al Club del 1.90.

Pablo, un pata negra de la izquierda, con pedigree de la fría Soria, mantiene un difícil idilio con el Divino Pedro, el galán de moda, un advenedizo de la politica, que de candidato florero y correturnos le ha tomado gusto a la popularidad y sueña ‎con dar el pelotazo de su vida y llegar a la Moncloa.

Es un hombre de la generación de IKEA y de barbacoa frente a un militante de todas las movidas dotado de una labia arrolladora y producto de la Facultad de Ciencias Políticas en la que se practica el feismo sistematico de vaqueros, zapatillas y greñas, que en el caso de Pablo se traduce en una vistosa coleta. Pedro siempre impecable muy limpito con su camisa blanca y su mochila. Entre ellos dos, ante la mirada atenta del remilgado y siempre sensato chico de Hospitalet, el Ciudadano Albert, se está jugando el futuro político del gobierno y ya estamos en la recta final, pues si no hay fumata blanca antes del 30 de abril iremos inevitablemente a unas elecciones el 26 de junio.

Pedro está dispuesto a dar el si y bailar un rigodón con Pablo, mientras este último tiene reservas mentales, está deshojando la margarita dudando entre apoyar un gobierno del galán de Pozuelo o encabezar una vigorosa oposición movilizando a todos los indignados, atizando en el fuego del permanente descontento latino y canalizando los desplantes del hombre de la calle cabreado por estrecheces, hipotecas y situaciones familiares.Un tribuno de la plebe,que bebe en las aguas revueltas del populismo sudamericano. Pedro es muy obstinado, no tiene muchas ideas, ni una clara ideología, sino unos cuantos slogans, lemas que repite hasta la sociedad como un mantra tibetano. Carece de reflejos a diferencia de Pablo, por lo que sus respuestas tardan un mínimo de 24 horas. La verborrea de Pablo le puede y sabe que en este idilio, en las distancias cortas el coletas le abruma y lo deja colgado con sus pocas frases aprendidas de memoria. Sin embargo le mueve su ambición ilimitada y cegadora.

Para Pablo, su talon de Aquiles es su poderoso narcisimo, sus ansias de estar siempre en el candelero preferiblemente rodeado y confortado por sus pretorianos: la gélida Bescansa, cara niño Errejon, el besado Domenech y demás comparseria de lujo, su muy sabio secretario general le previene "Pablo recuerdate que por la boca se muere el pez". Este dúo entre Violetta y Alfredo, en que no se sabe quien es quien, pero en que Pablo quiere ser la Violetera y Pedro la Reina de Saba, están jugando un apasionante partido de baloncesto y un Juego de Tronos del que depende nuestro futuro politico, meditando ambos la canasta del último segundo, en que pueda burlarse a la fontanera prodigiosa, a la trianera Susana y brindarle en un plato de oro y plata la cabeza de Rajoy. Salome esta de moda.

(Joaquin Antuña es Presidente de Paz y Cooperación).