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Cuatro candidatos en busca de Gobierno

martes, 05 de abril de 2016
El tiempo pasa y en este “país de países” todavía no sabemos quién va a llevar el timón de un barco que anda, no a la deriva, sino según la voluntad del presidente en funciones, que se agarró al “ordeno y mando” de los años de la mayoría absoluta y contra la voluntad popular, renueva un contrato con la celulosa de Pontevedra, o firma el acuerdo de expulsión de “los sin suelo, que duermen en la calle, comen en el suelo, y sobre el mantel de polvo del camino, reparten el pan y anhelan el vino”. Estamos en tiempo de cambio, aunque parezca que en política, nada se mueve.

El título de este artículo parafrasea al del premio nobel italiano Luigi Pirandello, que alcanzó fama mundial con su novela Seis personajes en busca de autor, drámatica comedia, ejemplo del teatro del absurdo, y contextualizada en períodos de cambio. Algo absurdo ocurre en estos meses, no se entiende si los candidatos se quieren o se odian, denostan al que dijo que pedía puestos a cambio de votos, pero no dicen nada cuando en Ciudadanos, contundentemente dicen: “conmigo no contéis si entra Podemos”. Esto no hay quien lo entienda y además, nadie se preocupa de explicarlo con transparencia. El contexto de Pirandello se asemeja al actual, él mismo lo representa, un hombre que tras varias crisis se apoya en el fascismo de Mussolini. Las crisis de la unificación italiana y después la de la primera GM le llevaron a admirar a un militar, autoritario y ambicioso. El crecimiento de las derechas y las derechas extremistas, intentarán en Europa cortar el paso a la izquierda. Algo de eso pasa en España, y tres de los cuatro candidatos se inclinan a la derecha, con propuestas de coaliciones que hace un año condenaríamos como incompatibles en esencia.

El primer candidato es “el hombre fantasma, dice que ha ganado las elecciones, pero no se lo cree, él sabe que la mayoría del parlamento es de izquierdas. Lo que le ocurre a este primer candidato, lo diagnosticó él mismo “no quieren contar conmigo”, no tiene el PP amigos en todo el amplio espectro de nuevas organizaciones. Es duro, es triste, es amargo vivir sabiende que has perdido todos los amigos. Sólo le puede consolar reconocer que se lo han ganado a pulso. Gobernar de espaldas a los ciudadanos, conlleva el repudio; aguantar una sarta de argumentos falsos, puros sofismas, hará que te ignoren, tapar los oidos y firmar leyes impopulares impulsa el odio, contenido. Actuar como el perro del hortelano, tiene unas consecuencias y aboca al final de etapa.

El segundo candidato es un hombre guaperas, de los que se llevaban antes, de los que imponían con el traje, el coche y la presencia. En el siglo XXI exigimos mucho más: recursos éticos y humanistas, y admiramos el estilo Stifen Hockins que precisan una silla para moverse, pero captan nuestra atención cuando comienzan a hablar, porque tienen la cabeza bien amueblada y organizados los objetivos los exponen con claridad y entendemos lo que desean hacer y lo que están haciendo para conseguirlo. El señor Sánchez no es tonto, reconoce el resultado de los votos, pero le ha ocurrido lo peor, enamorarse de dos a un tiempo. Por una parte la dama-dama, con dinero, próxima al mundo de las finanzas, de pocas palabras, que aparenta estar al lado de la mayoría, con reservas, ¡un buen chollo!, pero el socialista sabe que en los conciertos se sentará en la segunda fila de los palcos, donde la escasa luz esconda su tosquedad; al final “gobernará la dama”. Su verdadero amor, con el que se entendería al 90 por ciento, es la popular, la espontánea, la vital, la ingénua y , poco acicalada, al señor Sánchez no le gusta que le vean con ella (apenas se reunen), por eso le puede ofrecer la misma vivienda que a la dama pero deberá entrar por la puerta del servicio, y acomodar su alcoba al cuarto estrecho próximo a la cocina, allí está su sitio, trabajar y callar.

El tercero, aparenta ser el Victor Hugo del 2016, el denunciador de los necesitados, el que promete devolver los derechos sociales, también promete la libertad de criterios para desarrollarse individual y socialmente. Pero, su vena poética nos ha cansado en demasía. A los votantes no nos interesa la vida personal, con quien comparte lecho, si se besan en la boca o en los codos, lo que exigimos es que se ciñan a la política, que no se pierda un minuto más en tordadas, y que el teatro lo dejen para representar los sábados y domingos en la esfera íntima. Es muy difícil coordinar una asamblea con cientos de grupos, pero algo de pedagogía tienen pòr su práctica en las clases, aplíquenla, siempre tiene que haber disciplina consensuada y autoridad conquistada por la forma de actuar. La anarquía, la falta de normas lleva al desorden que no es ni práctico ni operativo.

El cuarto es el señor Rivera, su proyecto de estado le sirve para pactar con los socialistas y también con el PP, es el bálsamo de fierabrás, el milagro capaz de uner a los involucionistas con los progresistas. Casi imposible de entender y por tanto de explicar. Más fácil es saber por qué lo hace: la derecha le proporcionará las fuerzas vivas del estado: finanzas, medios de producción y de control de las masas; los socialistas los votos de los trabajadores que legalizarían su política. Todos juntos, incluso se puede organizar un sindicato vertical con patronos y obreros; el pensamiento único para mantener intocable la “unidad de la patria”, y ya sólo nos faltaría un dictadorcillo que actuase como un testaferro. Puro teatro del absurdo.

Lo peor de todo es que no han propuesto a ninguna mujer, pero las hay, podían ser muy buenas candidatas ¿por qué no las aupan?. Se sienten ustedes prepotentes y les da miedo someterse a la autoridad femenina ¿o no?.
Cal, Rosa
Cal, Rosa


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