Con la que está cayendo hoy toca hablar de la parálisis política que sufre esta España en la que vivimos. Verás, es que la rumorología se dispara y todos están en la primera línea de la batalla menos Mariano Rajoy, que sigue a la defensiva, táctica esta vez bastante justificada.
¿Qué ha ocurrido para que el presidente de un gobierno en funciones manifieste estar en sus horas más bajas?
Pues, simplemente, que el aire de la calle, con su frescura, entró por las puertas del Congreso de los Diputados para ayudar a cambiar un país en el que nadie está contento. Ni siquiera la gente que votó PP, aunque fuese un militante convicto.
En el Partido Popular, a estas alturas, nadie se cree ganador de unas elecciones que fueron el reflejo de la pluralidad social de un Estado con 17 pequeños países tres de ellos muy diferentes- en los que la desigualdad impuesta desde Europa provocó el empobrecimiento de la mayoría de los ciudadanos que veían como unos pocos se lo llevaban crudo.
Ahora ya no puede presumir Rajoy de haberlo hecho bien ni mentir sus portavoces sobre la situación económica. No engañan a nadie porque el que más y el que menos sufrió la política de los recortes y aún teme que Jean Claude Juncker y su troika vengan con más historias, cuando llegue la primavera.
Todos nos tememos más políticas extremas de derechas y nadie se fía de un pasado de ruina. Diría que una inmensa mayoría prefiere el futuro por ver que apoyar una situación ya conocida, de sobra conocida.
Así que
Hoy es posible que Rajoy le diga al Rey que está más solo que la una, que no tiene apoyos y que prefiere evitar el bochorno de la investidura fallida, con lo que el monarca se sentirá obligado a proponer a Pedro Sánchez como candidato a la presidencia del próximo gobierno.
Podría ocurrir también que en su terquedad, Mariano Rajoy se empeñe en asistir a su no investidura, para después de ofrecerle al PSOE todo lo posible desde esa tribuna- contarnos el cuento de que los independentistas son unos demonios y que Sánchez va a pactar con ellos; lo que romperá España como nación y poco menos que nos echarán de Europa.
Luego, cuando sus señorías pongan el punto y final a este drama y Sánchez sea presidente o Patxi López convoque nuevas elecciones, Rajoy no podrá enrocarse como líder del PP porque escuchará un clamor de voces que le invitarán a marcharse.
Tiene solo la remota posibilidad de conservar su liderazgo si hay comicios en Mayo, tal y como prevé Moncloa. Es posible que le permitan encabezar otra vez la lista del PP; es difícil pero posible. Aún así tendrá que mejorar los resultados de manera rotunda.
Pero si digo que es una posibilidad remota es porque en el Partido Popular ya le están preparando el entierro. Puede que Aznar esté detrás de todo, desempeñando el papel de El Padrino
