Llevamos tan solo una semana de este 2016 y una sensación ya flota en el ambiente. Parece que ha comenzado el futuro. La historia, dentro de medio siglo, se referirá a este año como el fin del pasado
porque nos asomamos a doce meses cruciales para la vida del Planeta.
Imagínate que gana las elecciones en los Estados Unidos un republicano: cambiará la situación geoestratégica mundial, porque es el fin del ciclo Obama.
¿Seguirá ardiendo Siria?
Sí, porque está en el lugar más caliente del mundo y seguirá siendo objetivo prioritario para el Estado Islámico. Tampoco se apagará el fuego de guerra entre palestinos e israelíes. Y el Califato seguirá sembrando Europa de terror porque hasta su corazón se dirigen los que huyen de la guerra, que ya serán millones.
En el mapa de Europa, al margen del tremendo conflicto inmigratorio que nos asombra pero para el que no encontraremos la solución, hay tres nombres propios y una palabra que hemos dejado de pronunciar: Gran Bretaña y su referendo sobre su continuidad en la UE. Ucrania, un país miembro que parece jugar el más importante papel en las relaciones con Rusia. Y la libertad, esa que nos resta el nido de las serpientes yihadistas, dispuestas a herir a nuestro continente en su propio corazón.
¿Y qué pasará en Latinoamérica?
Tendremos que fijarnos más en nuestra querida Argentina, ahora en manos de Macri que dice mi gente es como Rajoy pero a lo ché; seguro que lleva recortes a la Casa Rosada. De Venezuela, que te voy a contar que no sepas; la oposición instalada en la Asamblea queriendo que Maduro se vaya en seis meses y este amenazando, siempre amenazando, desde la tribuna pública de su televisión. Brasil, el gigante, afronta unos Juegos Olímpicos en agosto en medio de una crisis económica brutal que mantiene en el alero a la presidenta Dilma Rousseff. Por lo demás, seguiremos sin perder la esperanza de paz en Colombia, Cuba podrá abrirse al mundo, y Chile seguirá siendo el mejor ejemplo juntamente con Uruguay.
Luego está Asia con esa expansión de China que hasta hemos notado por aquí el año pasado. Japón, en lucha por el dominio económico del Pacífico. La India intentando entenderse con Pakistán
Y otra vez aparecerán aquí los Estados Unidos buscando una solución diplomática para Oriente Medio, ahora que han llegado a un acuerdo con Irán en la cuestión nuclear.
África seguirá siendo pobre y nosotros, los países del primer mundo, miraremos hacia el otro lado. Seguirán sin importarnos sus guerras étnicas y civiles; ni siquiera la expansión del terrorismo de Daesh hacia la región subsahariana y el África ecuatorial. Y mucho menos aún nos importará que aún existan pueblos como el saharaui a los que literalmente les han robado su territorio.
Así, así está el mundo, mi amigo.
¿Y qué nos traerá el año a esta España del lío?
De momento un panorama incierto que puede desembocar en mas elecciones. En Cataluña, ya ves, unos quieren ser independientes pero otros muchos se aferran al Estado como tabla de salvación económica, tras haber vivido la peor situación de su historia. Por lo menos, los que vengan, acabarán con los Pujol y sus convergentes, responsables de que tanto hablásemos de corrupción en los últimos tiempos.
Lo mismo ocurrirá en el resto del Estado, donde la incertidumbre política tras el 20D nos conduce a una etapa inédita, en la que ya no vale solo gobernar; porque también hay que dialogar. La clase política tendrá que actuar con mucha inteligencia para devolvernos la ilusión. Sobre todo si tenemos en cuenta que el paro, el peso de la deuda, la contención del déficit público y la caída de las reservas de la Seguridad Social, ahí siguen frenando la Economía, el verdadero motor de una sociedad.
El futuro de Galicia dependerá de las elecciones
Eso parece. Los comicios pueden dejar un escenario muy diferente al actual, si las Mareas siguen subiendo, el partido en el gobierno sufre el desgaste de la corrupción a todos los niveles, los social demócratas continúan desorganizados para la batalla final y el nacionalismo de siempre no renueva sus arcaicos postulados.
En el escenario político gallego puede darse un cambio espectacular y con él iniciarse esa nueva era que acabe con los viejos modos que hicieron bueno aquel refrán
Mexan por nós e dicimos que chove
Si ese cambio se produce puede que el futuro también se quede por aquí. De lo contrario es probable que sigamos anclados a nuestro pasado.
