Emergencia social, hambre de poder

Los amigos de Podemos hablan y no paran de la urgencia de abordar la emergencia social. Su socio en ciernes Pedro Sánchez también apunta a lo mismo, cuando postula una mayoría de progreso. Se exige de forma apocalíptica y urgentisima acabar con los deshaucios, terminar con las familias que pasan frío por no poder pagar los recibos del gas y de la luz, acabar con la indigencia y los niños hambrientos. El divorcio de muchos políticos con la ciudadanía es abismal. No ven los telediarios de las redes amigas Cuatro y Sexta, ni tampoco los de las más oficialistas. Si lo hicieran, verian con estupor, estos catastrofistas de manual, las calles llenas de gente, los centros comerciales a desbordar, las carreteras que estallan de trafico, los espectáculos llenos de bote en bote, hay más consumo, mas bullicio, más luz, la economía empieza a mejorar, pero los políticos de Podemos de Unidad Popular y sus aliados no se dan cuenta, ellos contemplan la España negra de Solana de gorra, alpargata, garrota y mujeres de negro.

En que mundo viven, son ciegos o no les interesa ver que es bien distinto. Tienen hambre de poder de mejorar sus vidas y las de sus familias. Desean fomentar el descontento social, atizar el fuego de la desigualdad para que salten chispas, empeore la economía y se llegue al estallido social y a su soñada revolución y de paso subirse al poder y a sus ventajas y capellanias de renovado y justiciero nepotismo, trabajo y sinecuras para amiguetes y familia.

Los más cínicos entre estos activistas que Dostoiesky llamaba "los poseidos" saben que Mamá Merkel acudirá al rescate y repondrá los platos rotos para conservar en paz sus playas y sus lugares de ocio que tienen la fortuna de disfrutar estos revoltosos del Sur de Europa, que no piensan en ponerse a trabajar en serio y para ello devanarse los sesos en como producir mejor, ser más competitivos, más creativos y poniendo como pretexto la desigualdad se enzarzan en demandar derechos, blindar servicios sociales, educacion, sanidad y vivienda y no tratan de fomentar el empleo, de crear puestos de trabajo.

De ésto no se habla en la emergencia social, ni de la desertificacion, ni del fracaso demografico, ni de por ejemplo la legionela. Se hacen denuncias frívolas a la banca y al Ibex35 sin considerar que centenares de miles de puestos de trabajo dependen de su buen funcionamiento. Si se quiere y se debe abordar la desigualdad, se haga con impuestos y con incentivos al florecer de las oportunidades, se estudie y se debata serenamente, pero sin poner trabas al crecimiento sostenible, ni poner los carros antes que los bueyes. Sin embargo la tentación del poder es muy grande y en estos momentos se encarna en una pequeña, simpatica y meritoria familia, que tiene ante si el sueño de alcanzar la gloria, cueste lo que cueste, al precio que sea, la ocasión la pintan calva, es algo irresistible, aunque hayas llevado a tu partido al fracaso puedes llegar al pináculo, seria tu mejor canasta.

España tiene hambre si, pero es de poder.

(Joaquin Antuña es Presidente de Paz y Cooperación).