No-sé-que-coño-te-ha-pasado-mariano
Te conozco desde antes de ser concejal y nos tratamos a lo largo de unos treinta años. Desprendías bonhomía, inteligencia y conocimiento. Para mí eras buena gente y por ti hubiera metido la mano en el fuego. Incluso te apoyé y pronostiqué tu brillante trayectoria política. Lo hice en público y en privado. Llegué a presumir de ti. Te valoraba como algo nuestro, de los gallegos. Incluso soñaba con el día en el que llegarías a ser presidente. Porque contigo en la Moncloa ya no se olvidarían de Galicia los de Madrid, los de siempre.
Sí, hombre, esos que mandaron y aún mandan, por lo que veo, en el Partido Popular.
Me senté contigo a la mesa algunas veces y siempre me ganabas. Fui uno de tus muchos admiradores y por poco hasta me hago marianista, como si fuera Marhuenda, el de tu partido
Pero ahora
No-sé-que-coño-te-ha-pasado-mariano
No lo sé.
Lo cierto es que te desconozco en la distancia.
Desde que Aznar te nombró ministro y te sentaste en el Consejo, has cambiado para mal, como decimos los de la aldea. Y cuando te votamos como presidente más de diez millones de españoles
es como si hubieras vendido tu alma al diablo.
Porque solo un demonio puede obligarte a gobernar así, como lo has hecho, en contra de tu pueblo y a favor de tus banqueros, permitiéndoles que echaran a la gente de sus casas, haciendo reformas laborales para la explotación humana, dejando indefensos a los más necesitados, cobrándole las medicinas a los pensionistas, metiendo mano en su caja para otros menesteres, mandando al paro a miles de médicos y de maestros, derrochando dinero público en tonterías
Y lo que es más fuerte, corrompiendo tus principios al permitir que ladrones de guante blanco se lo llevaran crudo
No-sé-que-coño-te-ha-pasado-mariano
No lo sé.
No me explico de donde sale esta tu ambición y esa prepotencia. No entiendo a donde ha ido a parar tu adn compostelano-pontevedrés, el que tenías en la facultad de Derecho o cuando eras ya un joven registrador de la propiedad que dejó su plaza para dedicarse de lleno a su ciudad
De verdad te digo, Mariano, ¡no-sé-que-coño-te-ha-pasado
!
Aquel poeta portugués que estudiamos en el Bachillerato, Camôes, dejó escrito
Cando mudem os tempos mudarán tamén as vontades
Pudo haber sido eso, Mariano. Seguro que a ti te cambió el tiempo nuevo. El sentarte en el G-20 te hizo creer que ya no eras un servidor público, sino el poderoso dueño de las haciendas y las vidas de unos millones de súbditos, los españoles. Piensas ya como esos demás que se creen los dueños del mundo.
Así que
Por todo esto que escribo, no cuentes conmigo para ser otra vez presidente.
Esta misma tarde, algunos jóvenes de los del birrete me dieron varias razones por las que un adolescente te propinó un puñetazo
que no disculpo aunque sí comprendo. Los otros, los de boina, ya sabes que nunca se interesaron por ti. Puede que el domingo se junten todos para decirte adiós, Mariano, adiós.
Eso, al menos, es lo que desean
