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Va de elecciones

miércoles, 16 de diciembre de 2015
Partiendo del supuesto, bastante real, de que fuera de mis avisados amigos lectores, estas líneas no las lee nadie, por lo menos, como según el refrán, quien avisa no es traidor, se debe de saber:

a) Que todo lo que aquí se diga, al contrario de lo que hacen los políticos, es verdad.
b) Que la norma general de mis afirmaciones, será la broma, llamadle ironía, que es de lo que carecen como regla general los candidatos.
c) Que procuraré ser respetuosamente crítico. O sea, que no insultaré a nadie
d) Que mis dianas bélicas serán los políticos en general, siempre a salvo honorabilísimas excepciones que, es verdad, abundan. Tranquilo, Xulio.
e) Que mi objetivo primordial es España, lo cual no excluye referencias al exterior. La globalización, amigos.
f) Que aparte de defender la verdad, espero no se encuentre en ninguna de mis expresiones, el mínimo signo de pusilanimidad, debilidad o cobardía, conductas que sí serán denunciadas.
g) Que, por fin, Dios me coja confesado.

Sentados los citados presupuestos, las premisas en que quiero fundarme son las siguientes:

Primera: España es la Nación-Estado más antigua de Europa y la única donde la persona del Jefe del Estado, la enseña nacional y el himno, son vituperados, denostados y pretendidamente humillados, pública, notoria y violentamente a la par que sustituidos, no complementados, por instrumentos localistas y sectarios, de modo absolutamente impune.

Más claro, tolerados, es decir, después de pasar de la tolerancia virtud a la tolerancia vicio, la cobardía de los funcionarios de los Organismos del Estado-Nación ha permitido los referidos ultrajes suponemos que bajo el socorrido principio de la coexistencia o convivencia pacífica.

Pero lo que resulta diáfana es la abdicación de funciones en defensa de la Constitución amparada en el denominado principio de libertad de expresión, lo que obliga a concluir que algunas de las Instituciones del estado gozan, en mi modesta opinión, de la presunción de indecencia.

Y conste que esto lo afirma quien se ha declarado enfermo de espagnosis…que no he oído decir a nadie.

Segunda. Que quizá pueda explicar lo anterior. España es mayoritariamente “de izquierdas”…ya me suenan los oídos…ya llegó el facha, derechista, franquista, fascista, conservador, yo que sé…, nazi….Vomita rojo que por ese camino no me vas a cazar nunca.

Como decía mi antiguo amigo, el venezolano Jóvito Villalba, los liberales nunca podremos gobernar porque aquellos que saben lo que significa la palabra libertad, la denostan y denigran. Engels, “con la libertad desaparece el Estado”. Lenin a Fernando de los Ríos, “libertad, ¿para qué?”

Y en esta España de nuestras entretelas, es contadísimo el contingente de votantes que saben lo que significa la palabra libertad. Ignoran, la mayoría, el concepto libertad. Ya lo explicaré. Pero antes quiero insistir en que esos votantes siguen ternes en la ignorancia y votan sin saber qué ni a quién fuera uno de los cabezas de lista pero, creyendo que saben a quién, yerran manifiestamente porque como no caen en la cuenta de que como decía Hanna Arendt, tras las tiranías, dictaduras, se les presentan a los pueblos unos despotismos asedados, bajo el señuelo de democracias, añado, que embaucan a los ciudadanos acercándolos a situaciones falsas y engañosas de consecuencias a la larga peores que las de la propia tiranía.

Preguntábanlle a Otilio
-¿Qué opinas Otilio?
-Eu pino co señor Alcalde.
-Betanceiros, ¿qué queredes?
-Que suba o pan e baixe a caña.
-Trabajaré con premura para que así se os conceda.
-¡Viva premura!
Pues si nos fijamos, seguimos aún ahí.

Tercera. Este despotismo, cada vez menos asedado, sobre todo cuando empiezan a asomarse las máximas mareas, ya no equinocciales sino cuadrienales, antaño peculiares de un pueblo hoy multirracial, arrastrándolo a un falso pacifismo cobarde en su expresión silente pero que constituye la cuna para el sentimiento más liberticida que ha aflorado la humanidad, el comunismo, se convierta en santo y seña de la opinión pública.

Sobre estas tres premisas nos pondremos a trabajar y esperamos que la teoría de la relatividad, no de Einstein, sino de los llamados políticos y periodistas, relatividad meramente superficial pues eso es lo que son y demuestran en general, haga caer del burro a quienes conservan un mínimo de sentido común aunque sin que olvidemos a Balmes, nuestro Jaime Balmes, cuando afirmaba que el sentido común es el menos común de todos los sentidos.

Finalmente en este inicio, una invitación a un doble ruego masivo

Políticos: no mintáis, ni engañéis, ni manipuléis, ni retorzáis la verdad, ni por supuesto os profesionalicéis porque eso corrompe, atrae la ambición, en forma de codicia “más y más” para el que tiene y “me coloco” para el que cuando llega…carece…a ver si se retira holgado.

Periodistas: hace varias décadas me decía un hermano mío: “Tengo una hija que se ha licenciado en periodismo. Ya puede hablar y escribir de todo aunque no sepa una palabra de nada”. Tus conocimientos, periodista, te deben permitir saber informar y hacerlo de la mejor manera. Periodista, ¿qué haces? Pues intentar tratar de formar a la audiencia. Pero como ni eres politólogo, ni intérprete de nadie, con eso lo único que consigues es deformar a la opinión pública. Pero, comprendo, money is money. Con saberes o sin ellos pero cobrando en todas las tertulias. Y nada digamos de la nueva figura que ha nacido del periodista-tendero. Alimentación, farmacia, objetos…todo es periodismo-tienda.

¡Ay que amolarse!, y a pensar a quien votar.
Goás Chao, Domingo
Goás Chao, Domingo


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