El debate del bipartidismo: España no se merece esto.

Un cara a cara PP-PSOE hubiera sido el no va más en política hace todavía unos meses, pero la irrupción de la Revolución digital nos brindó dos sorpresas mediáticas: el surgir de dos movimientos con dos pujantes lideres, que del despectivo calificativo de extraparlamentarios se convirtieron en emergentes e irrumpieron con fuerza en las tertulias y en las encuestas.

Iglesias y Rivera, hijos ambos de los indignados representan a un movimiento de corte neogolista, del mítico De Gaulle de Francia y a un movimiento de hechuras peronistas y bolivarianas. Por esta razón el debate del día 14 partía devaluado por representar "lo viejo" frente a "lo nuevo". El voto del día 20 adquiere el tono de votar a disgusto por lo ya conocido, experimentado y padecido o dejarse mecer por los cantos de sirena de la sonrisa y de la ilusion. Elegir entre el sólido carbón contaminante o el humo blanco y puro. Rajoy y Sanchez. El padrasto y el Divino Pedro conchabados en demostrar que es mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer. LLegan los candidatos a Antena Tres travestida de Academia de la TV y Pedro aparece con su esposa de la mano a la americana, mientras Mariano llega con dos asesores. Alarde familiar frente a eficiencia tecnocratica. Los ausentes Iglesias y Rivera calientan el ambiente en la Sexta‎. No podía faltar el locuaz Margallo entre los expertos de Antena Tres.

El debate ha sido muy duro y falseado por Pedro Sánchez que no ha querido contestar a los temas que el moderador proponía y Sánchez ha llegado a un cuerpo a cuerpo esgrimiendo todo el tiempo la corrupción y el Vd miente y ha atacado la integridad personal de Rajoy llamándole indecente y que tenía que haber dimitido. A lo que un indignado Mariano le ha llamado ruin, mezquino y miserable en repetidas ocasiones. Ha sido un debate decepcionante. No se ha hablado de programas. Rajoy ha insistido en la mejoría económica y en la creación futura de dos millones de puestos de trabajo. Sanchez ha hecho muchas promesas sin explicar como se financian y ha martilleado sobre el tema de la corrupcion sin tregua, no diciendo nada ni sobre en que consisten las reformas ni lo que quiere hacer en Cataluña.

Pablo Iglesias ha tildado el debate como un ejemplo de la vieja politica y de bajar al fango, sentenciando que la política de romper la pierna al rival no es valida. Para Rivera es el último debate del y tu más y sin explicar lo que se quiere hacer. Ambos lideres afirman que la forma conforma y lo escuchado hoy ha sido inadmisible. Todo ello transcurre en un Madrid donde la muy laica alcaldesa Carmena ha iluminado de rojo a su Ayuntamiento, que parece el castillo de Herodes, todo muy navideño. En una noche de cuchillos largos.

(Joaquin Antuña es Presidente de Paz y Cooperación).