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Leonel Morales: Jurado del 'Cidade de Ferrol'

martes, 01 de diciembre de 2015
El sábado 28, a las 20.00 horas se celebró en el Auditorio ferrolano la final entre los participantes a la XXIX edición del Concurso Internacional de Piano Cidade de Ferrol que interpretarán su música acompañados por la Orquesta Sinfónica de Galicia dirigida por Enrique García Asensio.
El jurado, presidido por Dña. Natalia Lamas tendrá la difícil encomienda de elegir un ganador. Entre los miembros de este jurado y como en Leonel Morales: Jurado del 'Cidade de Ferrol'pasadas ediciones se encuentra el pianista internacional Leonel Morales, con el que mantuve una interesantísima conversación que resumo en estas líneas.

Ha nacido usted en Cuba, pero tiene la nacionalidad española desde 1991. ¿Cómo influye esto en su personalidad y concepción musical?
Soy cubano, lo que me ha influido es España (ríe). Mi personalidad, mi carácter, mi manera de pensar…se configuran en Cuba, pero mi visión de la vida actualmente es más europea que caribeña. Si bien hay que decir que la isla es un país especial en relación al resto de países latinoamericanos. Nuestra música es una de las más ricas del mundo, de ahí han salido ritmos como el cha cha chá, mambo, bolero, danzón, criollas, guajiras…Surgen del mestizaje entre la música africana y la española y ya existían en 1950.

Proviene usted de una familia de músicos
Todos somos músicos. Mi padre era un músico “de variedad” – parecido a “Les Luthiers” – con mi madre configuraban el dúo “Los Moralitos” (ese era el nombre artístico) que era muy famoso. Creaba instrumentos: cascabeles, serruchos…y combinaban la música con el humor. Antes de Fidel tenían tres circos y allí estuvieron los Gaby, Fofó, Miliki….Un día mi padre vio una marimba en una tienda de música y la compró. De esa marimba surgió el amor por la música y lo que iba a ser su familia después: Mi hermano menor es primer violín del Teatro Real de la Ópera, mi hermana es profesora en el Conservatorio de Atocha en Madrid y mi hermano mayor marimbista, vive en México, donde la marimba es un instrumento nacional.

Luego comienza su formación con distintos Maestros
Sí. En aquel momento los profesores que había en Cuba se habían formado en la escuela rusa, por lo que para mí no fue necesario salir. Estudié con Juana Mora, que actualmente vive en Galicia, por cierto, da clases en Mayeusis, la academia privada de Vigo. Ella me proporcionó algo muy importante: el amor por el piano. Yo no quería ser pianista
(quería ser clarinetista). Ella me enamoró del instrumento y me proporcionó una buenísima posición para tocar. Algo muy importante ya que yo traía muchos defectos de postura.
Después, Ileana Bautista me hizo descubrir los secretos del color, la interpretación en profundidad y Frank Fernández, que es una estrella en Cuba, me aproximó a la gran interpretación. Cada uno de ellos cumplió una función básica muy importante.

¿Cómo llega Leonel Morales a España?
A los 19 años gané un premio en Francia y después el Teresa Carreño de Venezuela, que era el concurso más importante de toda América Latina, de gran tradición. También el Ciutat de Manresa en Cataluña…Eso hizo que en Cuba fuese muy conocido, tocando con la Orquesta Nacional. En realidad ya había hecho todo lo que se podía hacer allí y también sentía cierto desengaño, porque pude ver que en otros países había sistemas mejores. Eso me fue cambiando. En uno de los viajes en los que el gobierno me mandó a Bruselas decidí no regresar. Me llamaron traidor a la patria! Porque decidí vivir en otro país! . Cuántos traidores habrá entonces en los países del mundo!.
Cuando llegué a España tuve que buscar trabajo. Entré en el mundo del piano bar. Toqué en uno muy conocido en Madrid, el “Oliver” y después en el Casino de la Calle Alcalá. Esto me proporcionó una solvencia económica suficiente para poder estudiar el piano y presentarme a concursos. El primero el de la Fundación Guerrero, que gané. Me dio la oportunidad de tocar en el Auditorio Nacional, el concierto de Xavier Montsalvatge. Ahí me salió el primer representante y a partir de aquí empecé a ser conocido como pianista clásico.

Un intérprete clásico que interpreta autores contemporáneos, también españoles
Desde el punto de vista de los clásicos hay grandes autores: Turina, Falla, Granados, Albéniz…son compositores maravillosos. También hay grandes desde el punto de vista actual. Me he identificado muchísimo con uno de ellos, sobretodo por haber grabado toda su integral. Se trata de Antón García Abril. He grabado tres discos con su música. También Tomás Marco, Cristóbal Halffter…de todos ellos he tocado ocasionalmente obras, incluso estrenos.
Es cierto que los contemporáneos a veces producen rechazo (como en su día ocurrió con los ya consagrados, que en su tiempo no fueron entendidos). No es fácil. Creo que hay que saber programar de una manera inteligente: Hacer un repertorio habitual e incluir una pieza de calidad de las nuevas.

Es usted reconocido por su profundo conocimiento e interpretación de Beethoven.
Es uno de mis compositores preferidos. Lo he tocado mucho y me ha aportado mucho. Para mí es el más difícil de interpretar, porque…¿De qué Beethoven estamos hablando?. Él empieza de una manera y termina de otra que no tiene nada que ver. Tiene una grandísima evolución. Empieza como clásico y acaba abriendo la puerta a todos los románticos. Su trasfondo musical, la filosofía que hay en su música…!. Sus estructuras son férreas, pero con una gran humanidad detrás.

¿Qué significan para usted los concursos de piano?
Los premios son un aval, que permite tocar en determinados sitios. Los concursos cumplen también una función pedagógica, hacer currículum, adquirir un prestigio que proporciona las primeras oportunidades…Pero hasta ahí. Luego tienes que demostrar por qué tienes esos premios toda tu vida. Ganar un concurso no significa necesariamente que vayas a hacer carrera. También hay casos de intérpretes que hacen carrera sin haber ganado concursos. Nunca se sabe. Hay que ir a concursos. No lo dudo. Te hacen madurar, escuchas cómo tocan los de tu generación, la opinión de los jurados…Todo es positivo, incluso aunque no ganes. Pero es una etapa en la vida y no determina el futuro.

¿Qué les pide Leonel Morales a los participantes?
En concurso sólo pido una cosa. Que no me aburran. El intérprete tiene que decirme algo interesante, que me motive. De escuchar tocar rápido, limpio, sin fallos…estamos todos hartos! Si el intérprete es interesante perdono hasta errores. Al final lo que tenemos que descubrir es al artista, al que sube al escenario y capta la atención del público. Hay que emocionar, ese es el primer requisito. Después entramos en otras valoraciones y matices.

¿Qué criterio le merece el “Cidade de Ferrol”?
Este es un gran concurso, pero este año ha surgido un problema que hay que resolver. El Ayuntamiento hace un gran esfuerzo para mantener este gran concurso, pero por cuestiones burocráticas la publicidad sobre su celebración apareció mes y medio antes. Esto no se puede hacer con un concurso de esta categoría. Se tiene que crear la fórmula para que los chicos estén informados al menos seis meses antes para organizarse. Llevar a cabo este concurso exige un gran esfuerzo, tiene una larga trayectoria, grandes vencedores…Pero si los concursantes no se enteran de que hay concurso, pues…Ya me dirás!

Usted ha participado como jurado en este concurso en distintas ocasiones. ¿Qué evolución ha observado en su desarrollo?
Hubo el problema de la orquesta, que se solucionó cuando vino la Sinfónica de Galicia. Esto está totalmente resuelto, con una orquesta de primer nivel. Los premios son de importante cuantía, el Teatro Jofre estupendo, el piano es bueno, bien tratado y afinado. Los chicos se pueden preparar, los hoteles son cercanos…El concurso tiene todos los flancos bien colocados, por la tanto si las cosas funcionan, mejor no tocarlas. Lo que ha fallado en esta ocasión es la publicidad, que no llegó a tiempo, lo que creo es algo fácil de resolver.

¿Qué recomendación les da Leonel Morales a los jóvenes pianistas?
Que sean fieles al espíritu del compositor. Nosotros somos intérpretes, no creadores. Hay que conocer al abordar una obra quién es el compositor, por qué crea esa música, qué quiere transmitir….Somos mensajeros. Ellos son los dioses. Hay que transmitir bien el mensaje de los creadores a través del sonido. No hay que tratar de ser original- ya nadie va a tocar igual que nadie-. Cuando la personalidad del intérprete interviene excesivamente en la concepción de la obra la desvirtúa y al final la música se viene abajo. A través de esa honestidad, de esa humildad para transmitir el pensamiento del creador aparece nuestra alma.
Dopico, Julia
Dopico, Julia


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