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París: Nada será igual

sábado, 14 de noviembre de 2015
Un avión ruso que estalla en el aire sembrando el luto y el terror en San Petersburgo y poniendo en peligro el destino de la aviación comercial y una cadena de atentados en París que resultan una masacre en la Ciudad de la Luz y que empiezan en las proximidades de un Estadio de fútbol donde se enfrentan Alemania y Francia y el equipo arbitral es español. El Presidente Obama sanciona con sus sentidas palabras de condena el ataque a los valores que representan la liberté, l'egalité et la fraternité. El peso cultural de Francia hará el resto.

Está claro que los sucesos del 13 de noviembre equivalen al once de septiembre de Nueva York, al once de marzo de Madrid y al siete de junio de Londres. Además incrementada por la carga cultural francesa‎ y su verbo geométrico y tocado por las musas. Es la guerra. El yihadismo se erige en el primer problema contra la convivencia pacífica occidental y eleva a riesgo máximo las relaciones con los musulmanes y pone en tela de juicio la avalancha de los refugiados, a los que debería exigírseseles el respeto a nuestros valores democraticos. No es de recibo que los primeros refugiados que llegan a España estén compuestos en su mayoría por mujeres totalmente cubiertas de negros ropajes y tampoco lo es que no se imponga la reciprocidad de cultos. La causa humanitaria no puede poner en peligro nuestras libertades.

Las emociones que suscitan las calles de París ensangrentadas son un aldabonazo contra el terrorismo y la intolerancia. Llueve sobre mojado después del nefando ataque a la revista satírica Charlie Hebdo que ya removió las conciencias. Está en juego nuestro modo de vivir y de pensar, nuestro amor a la razón y a la libertad. Es necesario que los países árabes reaccionen y nos ayuden a quienes creemos en la amistad y en la hermandad entre europeos y musulmanes y no se erija un muro de venganza ante los gritos de los Ala akbar que siembran de muertos un teatro parisino, rehenes tiroteados y pánico generalizado.

El hecho religioso debe ser fuente de amor y de curiosidad cultural y enriquecimiento del espíritu y no río de sangre y miedo puro y duro. El único efecto positivo es poner en solfa las payasadas de Artur Mas y sus estrambóticos fanáticos del Visca Catalunya!. Es la hora de la humanidad y de la solidaridad. Se debe luchar contra el odio. No existe el Dios de las batallas, nuestros amigos arabes tienen que entenderlo.

Lamentable e inevitablemente se reforzarán las políticas de seguridad ciudadana y se restringirán ciertos espacios libertarios. Se impone el valor de la vida, amar la vida contra el amor por la muerte de los brutales terroristas. En la era digital coexisten quienes viven en las tinieblas del Medioevo y quienes se reclaman hijos de las luces. Dificil convivencia. No perdamos la esperanza. Tratemos de construir una difícil Paz, pero con los ojos muy abiertos, el horror nos impide cerrarlos e ignorar el enfrentamiento con los fanáticos.Nada será igual.

(Joaquin Antuña es Presidente de Paz y Cooperación).
Antuña, Joaquín
Antuña, Joaquín


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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