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Francisco sabe callarse y hablar claro

miércoles, 30 de septiembre de 2015
El viaje de Su Santidad al nuevo mundo, descrito musicalmente por Dvorak, había despertado gran interés entre los apasionados por la politica. Visitar Cuba y Estados Unidos. Dos rostros del mundo. Las dos caras de la luna. El reino de la igualdad y el reino de la oportunidad. Dos formas de organizar la sociedad. Dos "sueños" que parecen antagónicos.

Papa Bergoglio ha luchado siempre contra la desigualdad en un país impregnado por el justicialismo. Se le ha llegado a llamar el Papa peronista. Las incógnitas ante este viaje a dos países tan cercanos, pero tan distantes en organización social, eran si Francisco iba a levantar su voz contra la falta de libertad y el régimen de represión politica que existen en Cuba donde incluso como en las Monarquías el poder es hereditario. Sus dos antecesores Papa Woytila y Papa Ratzinger lo habían hecho. Sin embargo este Papa Apóstol de las injusticias calló y se envolvió en un misterioso silencio.

Explicó a los corresponsales en el avión que lo llevaba a Washington, que esa no era su tarea en este viaje. Ni mencionó a la disidencia, ni se dio por enterado de las detenciones perpetradas por el régimen castrista. Su discurso fue religioso abundando en sus temas favoritos de la cultura del encuentro y del servicio. Este silencio no fue muy bien recibido por algunos de sus seguidores y en Estados Unidos entre los republicanos se elevaron voces de considerarlo un simpatizante del marxismo.

Esta "cultura del silencio",aunque sorprendente puede ayudar a transformar Cuba mucho más que la denuncia de un régimen fallido en lo económico y represor de las libertades que hicieron Juan Pablo II y Benedicto XVI. Sin dejar grandes frases sus silencios han sido muy elocuentes impulsando a la religion católica y favoreciendo el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos.

Paralelamente, la pregunta era si el Santo Padre condenaría en Estados Unidos a las desigualdades, al capitalismo y la destrucción del medio ambiente haciéndose portavoz de la indignación ante los efectos de la globalizacion. La respuesta ha quedado de manifiesto en su extraordinaria intervención ante el pleno del Congreso y del Senado en Washington en que ha empezado glosando el himno que invoca a la libertad y a la valentia, lo que obliga a la responsabilidad a tener una misión social de crecimiento y de protección a los más débiles o en situaciones de riesgo.

Se dirigió a los ciudadanos comunes que ganan el pan con el sudor de su frente y además de cuidar de sus familias crean estructuras de solidaridad y se convierten en voluntarios a cualquier edad y labran un futuro mejor. Ese espiriru de superación que forja la grandeza del pueblo americano lo encarna Francisco en cuatro americanos Abraham Lincoln, Martin Luther King, Dorothy Day and Thomas Merton.

Promover los valores de la libertad exige según Francisco trabajar por el bien común y la solidaridad. La religión puede contribuir a alcanzar estas metas sino se convierte en fundamentalismo que asola vidas y conciencias.Al rechazarlo no podemos a nuestra vez convertirnos en tiranos.

No se debe simplificar entre el mal y el bien, entre los justos y los pecadores. Francisco implica que la paz y la justicia puede conseguirse en todas las naciones. Para ello es necesario elevar el espíritu de cooperación que ha conseguido tantos logros en Estados Unidos. La democracia esta profundamente enraizada en los americanos como se lee en la declaración de independencia donde se glosa a la vida, a la libertad y a la consecución de la felicidad, pero para Francisco no se puede uno convertir en esclavo de la economía y de las finanzas. Existen otros valores más importantes.

Martin Luther King en su marcha de Selma a Mongomery consumo su "sueño" de libertades y derechos civiles para los afroamericanos. Estados Unidos se ha convertido en el país de los "sueños" que impulsan a la acción, a la participación y al compromiso. Se catalogó como hijo de emigrantes, los mismos que han construido Estados Unidos huyendo de la guerra y de la persecución. Frente a eso Francisco tiene una sola respuesta ante los refugiados: el amor al projimo, hacer a los demás lo que quieras que te hagan a ti que es la Regla de Oro.

Por ello está contra la pena de muerte y aboga por su abolición. Después de estos dos retratos de grandes hombres que representan Lincoln la libertad y Luther King la pluridaridad y la no exclusión, el Papa aporta la contribución de la religión católica por el bienestar y progreso de América y lo hace en Dorothy Day, la religiosa que luchó incansablemente por la justicia social y los derechos de las personas. El fraile Thomas Merton que fomento el diálogo y el abrirse a Dios. En este último punto Francisco condenó sin paliativos el tráfico de armas que, según el pontífice, se hace solamente por dinero. "Dinero ensangrentado,de sangre inocente." Por eso nuestro deber categórico es "detener el negocio de las armas". Terminó con una invocación a la familia que se ve amenazada por la situación precaria de la juventud e invitó a los congresistas y a los senadores a proseguir cimentado su herencia cultural y sus valores solidarios para que muchísimos jóvenes puedan heredar y vivir en un país que ha inspirado el sueño a tantísima gente.

Como conclusión de esta visita a dos mundos, en Cuba destaca el silencio elocuente de Francisco y, en Estados Unidos se reclama al voluntariado, al espiritu de superación y cooperación. En definitiva no hay mundos perfectos o dicho en otras palabras,en román paladino "en todos los sitios cuecen habas".

No olvidemos, además, que el Papa es jesuita.

(Joaquín Antuña es Presidente de Paz y Cooperación)
Antuña, Joaquín
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