Hay varias lecturas de la subvención que esta semana concedió el gobierno para restaurar la Catedral de Santiago.
La más común es la de los palmeros de Rajoy, que aplauden, no solo la concesión de 17 millones de euros para continuar las obras de restauración, sino también toda palabra del nuevo Pedro Madruga, que este fin de semana arengó a los suyos en Soutomaior, dónde los Populares dieron rienda suelta a su euforia preelectoral.
Otra visión del destino de esos cuartos me llega vía redes, varias, en las que ilustres amigos socialistas privatizaron la Catedral, en desacuerdo con tan generosa dádiva a la que ellos buscaban destino sanitario en el nuevo hospital Álvaro Cunqueiro, de Vigo.
Esto sí que me parece bipartidismo: unos dicen no a lo que otros dicen sí. Y como resulta que la política tiene también su liga y sus forofos, la grada apoya al equipo de casa. Así es. Nadie busca lo razonable sino la manera de marcarle un gol al contrario, en precampaña.
Procuraré centrarte el asunto.
En primer lugar hay que decir que la capital de Galicia existe por la Catedral y que al menos el veinte por ciento de los ingresos de Compostela se deben al Monumento, a su significado religioso para unos y a su valor artístico para otros. Sin Catedral es obvio que Santiago no tendría ni el diez por ciento del turismo que hasta aquí llega. Yo diría que es un bien común administrado por la Iglesia, porque del edificio se benefician muchos ciudadanos, además del negocio que supone para los curas, claro está.
Concretemos la subvención: es una obligación del Estado velar por el Patrimonio Cultural y de manera especial por el que ha merecido ser designado Patrimonio de la Humanidad, como el caso que nos ocupa. Hemos de tomarlo así y no de otra manera retorcida, que este dinero no va destinado al arzobispo y sus canónigos, no; es para que la Catedral no se caiga. Además, los 17 millones de euros de ayuda se reparten en cinco ejercicios, hasta el año 2.020, que al siguiente tenemos otra vez Xacobeo.
También te diré que no es el único dinero destinado a tal fin. Muchos ciudadanos y algunas empresas hicieron aportaciones diversas para que la Catedral conserve todo su esplendor medieval.
Lo que yo creo es que el gobierno se quedó corto con la asignación que espero complete la Xunta de Galicia, antes del 2021, Año Santo Compostelano para unos y Xacobeo para otros. Supongo que para entonces se habrán limpiado todas las fachadas, reparado la cubierta y terminadas todas las intervenciones previstas en el proyecto.
