En éste verano del 2015 tan cálido y seco y enmarañados en el laberinto español la nota alegre y romántica para las damas ha sido Grey el gran bestseller de la temporada en el que la autora E.
L. James nos narra las 50 sombras de Grey contada por Christian. Ha sido lo que los franceses llaman "le livre de chevet" de mujeres de todas las edades. En las playas se confundía con la arena éste libro negro con un gran ojo abierto y una advertencia " Sí, ésta es la historia que estabais pidiendo".
Desde los tiempos de Corín Tellado, la autora española que ha publicado más libros y que ha tenido más éxito del público femenino después de El Quijote, no se había conocido un fenómeno igual al de ésta saga de Grey. Se la presenta como novela erótica, pero la historia es de un tremendo romanticismo. Faltan los uniformes que tanto le gustaban a Corín, la gran autora gijonesa pero se suplen con suites de lujo asiático de hoteles, altísimos rascacielos, coches de alta gama, vinos de marca y hasta un extraordinario helicóptero.
El tal Christian, héroe o villano de ésta historia, encuentra la redención con el amor de Anastasia Steel, una Doña Inés moderna, una estudiante y no una novicia como en el Don Juan de Zorilla pero el efecto y el resultado es el mismo. La rendición del caballero ante los encantos irresistibles de su damisela. El punto picante en el que se separa de Corín Tellado es la pasión de Christian Grey por el sadismo, su sala de juegos con instrumentos acadabrantes.
En Inglaterra, la trilogía de Grey condujo a numerosas amas de casa a frecuentar clínicas y hospitales ante los experimentos apasionados y malogrado de sus maridos, amantes y galanes de toda la ralea, esto en lo negativo. En lo positivo los gimnasios también aumentaron su clientela y los dietistas se frotaron las manos. Pues este caballerete, magnate de múltiples negocios, imponía a sus sumisas la firma de un acuerdo de confidencialidad y de una aceptación de pellizcos, moratones, distensiones y luxaciones que los instrumentos de la sala de juego pudieran causar a sus complacidas, obedientes y abnegadas víctimas, además de someterlas a ejercicios gimnásticos y a estrictas dietas, se convertía en amo por contrato..
En España la violencia machista desde los tiempos de Zapatero es un terrible tabú y éste libro ha motivado un cierto desasosiego, pero se ha impuesto la visión del triunfo de una nueva Cenicienta aunque sea a base de coscorrones y penalidades a la carta. Naturalmente James, no confundirse con el futbolista cafetero del Real Madrid, no pretende escribir un tratado de filosofía sino dar un pellizco de monja,un respetuoso revolcon a la moral tradicional. Otra cosa es que los lectores masculinos y femeninos se dejen llevar por las fantasías buscando el morbo y entrando así en lo más obscuro de las leyes del deseo.
Interesante ciertos aspectos que pueden escapar al lector latino, el sentido del humor de la escritora que escribe sobre todo para deleite de lectores de los países anglosajones,en que como se sabe impera la privacidad más estricta como dogma sagrado y en que las mujeres, especialmente las americanas, tienen un fuerte y dominante carácter, está claro que proponerles la sumisión y los artilugios de tortura aunque sea light no deja de ser una gran broma.
William Shakespeare en la "Fierecilla domada" fue un adelantado en éstos temas pero, como asturiano, me quedo con Corín Tellado que escribió tantas novelitas en que triunfa el amor frente a todos los obstáculos. Corina y su amor regio no tuvieron tanta suerte. La novela rosa vuelve a estar de moda aunque siguiendo los tiempos de indignación que corren se haya vuelto violenta y mutado su color hacía el granate, rosa y sangre. La humanidad sigue su curso y las Madames Bovary y las Anna Karenina de nuestros días tienen su libro de cabecera, aunque el azul de estos nuevos príncipes se tiña de carmesí debido a los moratones. Al final triunfa el amor de Benidorm a Ibiza. A.L James y Corin Tellado se dan la mano,cada una a su manera han lanzado sus flechas a Cupido.
