La cultura del cómic

La cultura del cómic tiene mucho éxito en España, especialmente entre los jóvenes de edad o de espíritu. Ha alcanzado un gran auge en Japón, donde los mangas han causado furor.

Los Salones del Comic tienen mucho éxito y se celebran en todas las localidades. El lenguaje del TBO como se conocía antes a los cómics por la publicación del mismo nombre conecta perfectamente con los mensajes de texto abreviados de esta era digital en que twitter, facebook, instagram y demás redes sociales nos invitan al arte de la concision, a prescindir de las florituras e ir al grano. Se inventa incluso una comunicación en clave prescindiendo de escribir por entero las palabras y se emplean símbolos e imágenes para comunicarnos. Facilita igualmente la creación de grupos sobre determinados temas o posible amistad.

Durante siglos la carta era la forma de enviar mensajes que hoy quedan relegadas al sector oficial, protocolario y administrativo, las temibles multas, las alegaciones y las notificaciones judiciales. Es una revolución silenciosa que en pocos años se ha difundido por todo el planeta aunque existan todavía calvas pero que al convertirse en una urgente necesidad se colmarán en breve tiempo. Si una persona tiene la suerte de poder viajar verá que el móvil se ha convertido en un apéndice del cuerpo humano y, a pesar de las trabas de orden social, político o religioso su difusión es imparable. Frenarlas es como poner fronteras al mar.

Ha habido grandes damnificados como la industria de la fotografía, la tipográfica, la telefonía fija, los servicios de correos y transmisión de textos decretando la extinción del fax e incluso las famosas cabinas telefónicas londinenses que han pasado a ser testimoniales. El acicate o el peligro es que en la cultura digital nos estamos convirtiendo en personajes de cómic, en personas de pensamiento simplificado. Al podar tanto los árboles de la comunicación nos convertimos en seres de lenguajes primitivos que nos acercan a las cavernas de un pasado remoto, a las hogueras que encendían los indios americanos y a los poderosos silbos de los guanches de La Gomera.

Por otra parte la utilización generalizada de un inglés para andar por casa que horrorizaría al amigo Shakespeare nos introduce en el mundo maniqueo del si y del no, del día y de la noche, del blanco y del negro dejando aparte todos los tonos y colores del arco iris, olvidando las zonas grises y ocultando los estados de ánimo. Los servicios de espionaje de los grandes hackers del mundo deben aburrirse mucho ante éstas expresiones tan fragmentadas y primitivas. En ésta cultura digital se vuelve a Zoroastro, al bien y al mal, sin matices, a lo positivo de cultura, ciencia, viajes, amistad, amor y a lo negativo de las fuerzas del mal: tráficos inconfesables, terrorismo, pedofilia, delincuencia organizada. Es decir el reino de la luz y el abismo de las tinieblas.

La poesía también corre peligro sustituida cada vez más por la imagen. Estaremos imiitando a los grandes simios, eso sí con poderosos instrumentos? Simplificación por un lado y aluvión de información por otra que exige cada vez más una palabra clave: la formación, la Weltanshauung, ésta cosmovisión del mundo se nos hace indispensable. Las enciclopedias que adornaban casas particulares para que el niño estudie o el abuelo se empape de todo han entrado también en crisis ante la magistral wikipedia. Por cierto, galardonada con el Premio Princesa de Asturias.

La inteligencia artificial nos corrige la ortografía y nos sugiere pistas a veces equivocadas, cambiando el sentido de lo que queremos decir. La robotizacion está en marcha amigos. Que Dios nos coja confesados y que reparta suerte!