A ti, fingida realidad del sueño.
A ti, materia plástica palpable.
A ti, mano, pintor de la pintura.
(Alberti)
Siempre es grato visitar a Samieira, el hermoso lugar elegido por el pintor Rafael Úbeda para instalar su casa y su estudio, frente a las hermosas vistas de la Ría de Pontevedra y la luz del sol alumbrando desde el amanecer, cuando empieza la jornada para Rafael, inmerso en colores, siluetas, trazados...de lienzos en búsqueda de su particular forma de expresión a través de la pintura.
Creo no exagerar si digo que Úbeda es uno de nuestros pintores contemporáneos más importantes, abalado por una trayectoria que a nadie deja indiferente: Gran Premio de pintura en Roma, autor del gran mural en la Basílica de la Anunciación en Nazaret o exposiciones en Managua, Heidelberg, París, Norden... obteniendo premios y reconocimientos que no le hacen olvidar el trabajo constante, la lucha permanente del artista entregado a su arte. Yo no sé hacer otra cosa, dice siempre Rafael.
Lo cierto es que atesora, a la par de este espíritu incansable, una apasionante biografía de la que siempre surgen retazos en nuestros encuentros: Los comienzos como cartelista o el tiempo viviendo en los camerinos del Real... circunstancias que él recuerda nítidamente como también su vocación musical.
De hecho la música está siempre presente en su obra, como un Kandinsky gallego, fundiendo colores y formas en permanente sinestesia en la que también se incluye el personaje, la figura humana tratada con seriedad o ironía, pero siempre del lado más humano.
Querido, muy querido en Ferrol, a la par que valorado y admirado, el artista espera la oportunidad de volver a hacer muestra en nuestra ciudad de su obra, que sigue su evolución, su movimiento constante. Ojalá pronto podamos disfrutar aquí los últimos logros de nuestro amigo, tal y como nosotros ahora lo estamos haciendo en su estudio de A Samieira, celebrando una vez más nuestra entrañable amistad.
