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¡España va bien, España funciona!

jueves, 06 de agosto de 2015
¿En qué tiempo pasado estaría un servidor pensando?. Seguro que en aquellos "forrenta años" del Forjes, cuando el nacionalcatolicismo nos metía en cintura y nos obligaba a tener fe, obedecer y cumplir las bienaventuranzas. Me quedo con tres ideas que, gracias a Prisciliano, no llegaron a traumatizarme. La autoridad viene de Dios. Los caminos del señor (Don…) son inescrutables. Bienaventurados los mansos porque ellos poseerán la tierra -o por lo menos la regarán con el sudor de su frente, mientras su dueño, señorito, descansa de la última cacería-
Parece mentira pero hay gentes en el Parlamento y en los Gobiernos que, a estas alturas de la película -con información libre a través del ciberespacio- siguen pensando que somos idiotas, o como decimos en nuestra Galicia, "nos hemos caído de un eucalipto". Sólo así se puede basar su campaña a las elecciones del próximo diciembre en: La estabilidad la da una mayoría absoluta del PP. Si los "rojos" toman el gobierno, nos aplicarán los mismos castigos que a los griegos. Hay que tener resignación cristiana: se terminó lo del empleo estable con salarios dignos; eso queda para determinadas élites, instaladas en bancos, consejos de administración de grandes compañías, parlamentarios, altos funcionarios y toda suerte de mandarines. Ellos son la marca España, los demás, populacho…

La verdad está en los discursos del predicador. Ese señor de barba gris, natural de Compostela, que está deseando pasearse por la playa del Silgar en Sanxenxo, fumándose un habano y comentando la última portada del Marca. Su mensaje es claro como el agua. Somos el país de la eurozona que más crece. Somos un ejemplo de éxito en la política ordenada y controlada desde la Troica.
Somos un proyecto de veinte millones de cotizantes a la seguridad Social, pero… mientras no alcanzamos la cifra, la denominada hucha de las pensiones, está a punto de quedarse vacía. Sólo hay una cuestión que no merece sus dicterios. ¿Cuántas pequeñas y medianas empresas se han ido al carajo con esa política liberal en la que la parte ancha del embudo se aplica a los defraudadores, y la parte estrecha a los trabajadores?.

Supongo que nadie será tan iluso como para creer que "todos somos iguales". Aquello fue un anuncio de la campaña de Navidad del Corte Inglés. A los españolitos de Don Antonio Machado les basta con el mileurismo, la generosa subida del 1% o del 0,25% para el 2016, la reforma laboral que permite al patrón prescindir del currela a criterio contable, la aplicación de la ley mordaza para evitar que deslenguados, rebeldes e iracundos plebeyos pertenecientes, a eso tan bolchevique, que se vino a llamar clases populares, manifiesten su cabreo por desahucios, corrupciones, golferías y cajas b para pagar sobre sueldos a los que mandan.

A estas clases dirigentes, no nos las merecemos. Rouco Varela sigue asistiendo a encuentros de sínodos en los que están preocupados por la laicidad instalada en nuestra sociedad. Y es que se ha roto el cordón umbilical de la catolicísima España, la de la cruzada, la de los certificados de buena conducta expedidos por el párroco, la de los ejercicios espirituales, la de los primeros viernes de mes. Millán Astray y su enfrentamiento con Don Miguel de Unamuno por aquella discrepancia entre los deseos de muerte a la intelectualidad, sigue siendo un ejemplo de bizarro caballero que sería capaz, con una bandera de la legión, de poner orden en esa Cataluña separatista. Don Rodrigo Rato, que sigue tratando de eludir la prisión, mientras que a otros pobres desgraciados, por muchos menos indicios racionales de delitos, los han internado en instituciones penitenciarias.

Este país necesita mano dura. Sólo así se evita que unos desarrapados procedentes de esas sucias asambleas de aquel 15-M en la Puerta del Sol, terminen por hacerse con el poder. Y es que hay gentes de orden que lo tiene cada vez más claro. ¿Cómo puede tener el mismo valor el voto del señorito que el de la criada?.

Disfrutemos del verano. Sigamos admirando a personajes como Florentino, al que le consiente hacer del Real Madrid, una marioneta al servicio de sus inconfesables operaciones financieras en China y otras economías emergentes.

Y es que como dijo aquel diestro. "Lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible".
Mosquera Mata, Pablo A.
Mosquera Mata, Pablo A.


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