Paco Marhuenda, un formador de opinión

Este bufón que recorre las televisiones públicas y privadas mostrándose estupefacto ante las obviedades y defendiendo posiciones descabelladas es, por increíble que parezca, otro de los formadores de opinión de este país.

Nacido en el año 1961 alcanza su primera notoriedad periodística como artífice de laudatorias columnas sobre el financiero Javier de la Rosa (presuntamente culpable de haberse apropiado de 500 millones de dólares cuando era administrador en España del grupo Kio), además de confeso donante de importantes partidas de dinero opaco para la financiación del Partido Popular en Cataluña.

En el año 1995 nuestro amigo Paco se afilia al PP y entra en política de la mano del actual Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y ese mismo año resulta elegido diputado “genovés” en el Parlamento de Cataluña. En el año 96, cuando el PP gana las elecciones generales, es nombrado Director del gabinete del Ministro de Administraciones Públicas bajo las órdenes de Mariano Rajoy y alcanza su cenit cuando este es nombrado Ministro de la Presidencia y lo nombra Director General de Relaciones con las Cortes. Es, presuntamente, cesado por varios escándalos, pero fundamentalmente por la venta de un fondo bibliográfico por parte de la empresa Estrategias Asesoramiento y Comunicación SL, de la que supuestamente era titular, a un instituto dependiente de la Universidad Rey Juan Carlos I donde, casualmente, imparte en la actualidad sus magistrales e imparciales enseñanzas.

Bajo la protección del clan de los genoveses, también conocido como “la familia”, no tardan en encontrarle acomodo en el diario La Razón, perteneciente como saben al grupo Planeta, donde este facha charlatán con el intelecto de un paramecio, alcanza el puesto de Director de un diario que, en principio, estaba llamado a ser la marca blanca del franquista ABC, pero que merced al buen hacer de este acólito del Partido Popular ha sobrepasado por la derecha a su referente y se ha convertido en un panfleto sensacionalista ausente del más mínimo rigor informativo, sacando un día tras otro portadas dignas de y dirigidas a la derecha más rancia del panorama político español.

A lo largo de la vida, uno se va encontrando con personajes que ocupan puestos de alta responsabilidad y se pregunta, ¿cómo es posible que este individuo haya llegado a este puesto? La mayor parte de las veces la respuesta se encuentra en la endogamia por la que se rigen nuestras empresas y en el nepotismo instalado en nuestra clase dirigente. Desgraciadamente, el abrirse camino por méritos propios es muy difícil: la adulación, el peloteo, el regalo, la opinión concordante con la del jefe, la ausencia de criterio, el incriminar al compañero, son destrezas imprescindibles en el desarrollo profesional. Destrezas solamente al alcance de unos pocos entre los que, muy probablemente, se encuentra el Sr. Marhuenda.

En “la familia”, que en su día fundó Fraga Iribarne y donde rige a rajatabla lo que decía Don Vito Corleone que “un hombre que no cuida a su familia no es un hombre de verdad”, va encontrando su acomodo como panfletero periodístico, corifeo tertuliano o estrambótico profesor. Pues sabido es que no hay más que mirar el B.O.E. para observar innumerables ejemplos de cómo “la familia” se encarga de proporcionar acomodo y nómina a cargo de cualquier tipo de Administración Pública, tanto a sus miembros de mayor extirpe como a muchos afiliados oportunistas, no logrando explicarse la mayoría de los ciudadanos cómo semejantes individuos han podido llegar a alcanzar determinados puestos.

A modo de ejemplo:
Mariano Rajoy Brey, en los 30 años que lleva cobrando del erario público, ha hecho funcionarios, cargos públicos o políticos a 32 parientes y amigos. Pero por poner solamente dos ejemplos, nos referiremos a sus cuñados: A Francisco Millán Mon “Paco Millán”, lo hizo Eurodiputado, y no lo hizo Ministro porque, según le comentó a un íntimos amigo, “me han dicho que estaría feo”. A su otro cuñado Manuel Fernández Balboa lo colocó, con solo 29 años, como responsable económico-financiero de la Fundación Cidade da Cultura de Galicia. La hundió. El proyecto era de 50 millones de euros; ascendió el presupuesto a 108 millones. Seis años más tarde iban invertidos más de 380 millones. A día de hoy, con los edificios abandonados y en bancarrota por el saqueo continuado, van gastados más de 500 millones. No se abrió ninguna investigación.

Esperanza Aguirre (el gran activo del PP) situó a su hijo Álvaro Ramirez de Haro y Aguirre como asesor del Secretario de Estado de Comercio. A su hermana Cristina como asesora del Ayuntamiento de Madrid y a su primo Claudio Aguirre Peman como Consejero de Caja Madrid. Claro que ella ya había “aprobado” la oposición al Cuerpo de Técnicos de Información y Turismo, cuando su tío Ignacio Aguirre Borrel era, casualmente, Secretario de Estado de Turismo.

Ignacio González González, ex Presidente de la Comunidad de Madrid (ya incorporado al consejo consultivo con un sueldo de 8.500€ mensuales), con su padre en el grupo parlamentario del PP en el Senado y su hermana diputada en la Asamblea de Madrid, colocó a su hermano Pablo como teniente de alcalde del Ayuntamiento de Pozuelo y como director de estructuras comerciales de Mercasa (empresa del Sepi), a su esposa Lourdes Cavero Mestre (la amiga del pequeño Nicolás) como adjunta a la presidencia de la patronal madrileña y miembro del consejo social de la Universidad Autónoma de Madrid y hasta para su cuñada Carmen logró un puesto de vocal en el Consejo de Caja Madrid, siendo una de las Consejeras “independientes” del consejo de administración de Bankia, imputada por la Audiencia Nacional.

Tal vez es todo mucho más sencillo y personas como el Sr. Maruhenda y todos estos amigos y familiares hayan accedido a sus puestos gracias a su esfuerzo y en base a los criterios de igualdad, mérito y capacidad y este comentario no sea más que fruto de la pura envidia. Y quizás tenga razón D. Mariano Rajoy cuando, allá por el año 1983, escribía en el Faro de Vigo aquello de que “ya desde épocas remotas se afirma como verdad indiscutible, que la estirpe determina al hombre tanto en lo físico como en lo psíquico y que es un hecho objetivo que los hijos de buena estirpe son mejores y superan a los demás”.

Voy a beber un sorbo, dicen que es bueno para no vomitar.