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El suceso del "selfie" con sorpresa

martes, 23 de junio de 2015
Tontear con alguien vía sms o similares es algo habitual y dominado por muchas personas. Tener tantas plataformas de conexión a tiempo completo: facebook, Whatsapp, email, teléfono, twiter, etc., te expone al mundo y también a que te “rayes” para interpretar esas señales cuando no son muy claras; ¿qué se supone que quiere decir un chico que le da “Me gusta” a cada uno de las chorradas que cuelgas en Facebook, sea una foto de Julio Iglesias o el vídeo del cumpleaños de tu madre? ¿no significará nada o es que solo te considera una persona muy inteligente que todo lo que dice es interesante?. Todavía puede suceder algo más terrible en la interpretación de la comunicación tecnológica humana, como que un día estés con un sujeto “X” manteniendo una conversación con tu smarfhone y sin venir a cuento, te envíe por sorpresa una foto de su órgano erecto; ¡oh cielos!, ¿que pretende?, ¿qué la pongas de perfil?¿que se lo puntúes?. Te lo puedes creer o no, pero son muchas las victimas que relatan sucesos similares, traumatizadas por tales vivencias sin saber que hacer, si es tu caso te interesará descubrir los motivos por lo que alguien es así.

Foto Fálica

Alguno que ame a su falo podrá dedicarle tiempo para encumbrar esa belleza sacándose fotos, para mostrar lo orgulloso que esta de él. Muchas personas reprimen este impulso, no expresan lo que sienten, envolviéndoles la ansiedad.

Múltiples páginas web dan cabida a cantidad de publicaciones con fotos y videos de varones donde exponen sus cuerpos desnudos en un selfie. Cuando ese amor hacia uno mismo se convierte en una única forma de vida, para exaltar sus atributos contra un espejo para enviarlo a tantas personas como pueda buscando: impresionar, ser admirado, o “endiosizado” por su potencial será un exhibicionista moderno, y eso es un trastorno sexual.

¿Por qué?

El exhibicionista no se soporta, sólo se ve en la mirada del otro, pues ante sus propios ojos se siente castrado. Necesita sentirse siempre sobre los ojos ajenos, es reincidente porque libera sus tensiones con el rito de exhibirse, enseñar su pene le provoca una sensación de terror y gozo a la vez. Obtiene excitación al mostrar sus genitales y cuando menos lo conozcan mas placer sentirá. Se masturbará después imaginándose la cara de sorpresa de la otra persona, necesitará de espectadores asustados, solo sabe disfrutar de su sexualidad de esa manera. En cambio si reaccionas burlándote o mostrando indiferencia, huirá avergonzado.

El origen

Cuando de niño empezó a ver que no todas las miradas recaían sobre el, sobre todo la de su madre, no soportó esa idea, no ser el centro de atención, empezó a desobedecer, hacer travesuras, desafiar, todo por suplicar el cuidado materno, que hasta hace poco era permanente y protector. Son generalmente muy tímidos, dependientes, y suelen presentar problemas de disfunción eréctil (impotencia o eyaculación precoz) cuando están en pareja. Son inmaduros emocionalmente, y probablemente criados en familias puritanas y rígidas en cuanto al sexo, con una madre absorbente y castrante. Lo lógico sería madurar esta actitud con los años pero estas personas no lo consiguen.

Qué hacer

Tus amigas seguro que te dirán: “mándale a la porra”, o “dile que la tiene pequeña o que llevas horas queriéndosela encontrar en la foto”, nunca lo enfoques como una ofensa hacia ti porque es su problema no el tuyo. El padece una angustia de castración, tiene dudas con respecto a su pene, su tamaño y utilidad. Una de sus mayores satisfacciones es sentir la envidia de los demás, intentará aparentar todo lo que pueda y se comprará coches o tecnología mejor que nadie, para compensar su castración y su pequeña personalidad. Si tiene algún cargo directivo, les encantará demostrar su poder constantemente y destacará por sus actuaciones caprichosas e imposiciones, sin mostrar arrepentimiento de sus actuaciones por descabelladas que estas sean. Es un eterno insatisfecho consigo mismo. No se avergüenza de sus errores ni se duele del sufrimiento ajeno, está convencido de que los demás no tienen la suerte de poseer, esa exuberancia tan hermosa.
Castro Liz, Ana
Castro Liz, Ana


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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