Desde tu morada
viernes, 26 de mayo de 2006
Desde tu morada emerges preciosa y celeste,
llamando a tu amante errante hacia tus besos,
cantando se dirige a ti porque sueña con tus manos,
y te presiente a lo lejos, en cada suspiro y en cada llanto.
Coronas tu montaña y la adornas con tu belleza,
cantas y sonríes mientras llego,
mimas tu cuerpo con la naturaleza de tu savia,
y respetas el amor, nuestro amor, desde lo más grande de tu alma.
Te preparas para entregarte hacia el hálito de vida,
mimas tu parcela de libertad y la ofreces al sol,
y cuando llego, me extasia tu belleza y tus rasgos,
confundiendo la tierra con la morada de tus besos y de tus manos.
Por fin te veo, encantadora criatura de mis ojos,
mis pupilas se dilatan al contemplar tu figura,
mis manos atormentan mis dedos al tocarte,
y mi boca tiembla al contacto de tus labios amantes.
Rozas mi cuerpo con la sutileza de tus cabellos,
el viento mueve tu túnica y tus perlas blancas,
las flores mecen tu divino cuerpo,
y yo te poseo en este instante, en nuestro instante
[compartiendo las dos almas.
De su libro de poemas "El embrujo y la musa".
Ulloa García, José Carlos
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