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Un programa de gobierno

lunes, 08 de junio de 2015
Un programa de gobierno, de cara a las próximas elecciones generales, en un país como España donde los principales problemas son tan evidentes, simplemente debería estar basado en las acciones necesarias para solucionarlos, que podrían ser las siguientes:

1) Efectuar una reforma empresarial -lo cual ya llevaría implícita una reforma laboral- para conseguir que las empresas paguen salarios justos por jornadas laborales de ocho horas, tengan a todos los empleados con contrato, paguen sus impuestos en España, tengan seguridad en el trabajo y fabriquen en España y no en paraísos laborales; para lo cual se necesitarán más inspectores de trabajo. También habría que aumentar el importe del salario mínimo interprofesional. Ello permitiría que cualquier trabajador trabajando ocho horas diarias ganase lo suficiente para sufragar las necesidades básicas: alimentación, vivienda, ropa y gastos corrientes. Esta reforma permitiría acabar con la precariedad laboral por la mejora económica que supondría para los trabajadores y reducir el paro. Por otra parte, el Gobierno deberá apoyar a las pequeñas y medianas empresas industriales y agropecuarias que basan su actividad en el trabajo y la innovación y tienen a sus empleados en buenas condiciones, y no a las empresas que obtienen sus beneficios mediante la especulación y la explotación de sus empleados o becarios mal pagados.

2) Combatir el fraude fiscal (70.000 millones de euros al año) y los paraísos fiscales, reducir las desgravaciones en el impuesto de sociedades de los bancos y grandes empresas del IBEX 35 para evitar que paguen menos impuestos que sus trabajadores, gravar más a las grandes fortunas y reducir la diferencia entre los impuestos del capital y los del trabajo; para lo cual se necesitarán más inspectores de hacienda. Así el Estado tendría dinero suficiente, sin necesidad de endeudarse, para financiar la educación y la sanidad públicas, las pensiones, el subsidio de desempleo y la renta básica en casos extremos, es decir, el estado de bienestar.

3) Solucionar el problema del elevado precio de la vivienda creando un Ministerio de la Vivienda para coordinar la construcción de Viviendas de Protección Oficial de promoción pública (casas baratas) en suelo público, combatiendo la especulación del suelo y gravando más las viviendas desocupadas. Esto permitiría que los trabajadores pudiesen alquilar o adquirir una vivienda a un precio razonable y les sobrase dinero de su salario para adquirir otros productos, y evitar los desahucios.

4) Controlar los desmanes, en cuanto a precios, de los oligopolios de la electricidad, los combustibles, las telecomunicaciones, la alimentación y los medicamentos.

5) Combatir la corrupción político-empresarial (40.000 millones de euros perdidos) y eliminar las puertas giratorias, que se originan sobre todo cuando se privatizan empresas públicas.

6) Reducir el gasto público suprimiendo diputaciones, reunificando ayuntamientos y logrando un consenso para revisar el modelo autonómico con el objetivo de conseguir que sea menos costoso gobernar un país, que no es demasiado grande, mediante diecisiete gobiernos.

En resumen, se trataría de presentar propuestas que difícilmente puedan ser cuestionadas por los otros partidos en vez de enzarzarse en debates estériles. Con este programa de máximos, que habría que desarrollar, se pretendería que los trabajadores tengan mejores condiciones de trabajo y mejores salarios y que haya mayor actividad industrial en la pequeña y mediana empresa y menos paro (punto 1); que el Estado disponga de más dinero para los servicios públicos y se endeude menos (puntos 2, 5 y 6); y que los ciudadanos tengan menos gastos (puntos 3 y 4).

Esto no es comunismo ni populismo ni quitarle el dinero a los ricos para dárselo a los pobres, esto no es de derechas ni de izquierdas. Esto es corregir los excesos del capitalismo, combatir la pobreza y las desigualdades y, de una vez por todas, reivindicar el valor del trabajo frente al valor del capital.

Se supone que todo el mundo estaría de acuerdo en apoyar a la pequeña y mediana empresa, reducir el paro y mejorar las condiciones de los trabajadores, en combatir el fraude fiscal y mantener el estado de bienestar, en que paguen más impuestos los altos ejecutivos que se ponen a sí mismos sueldos cien veces más que sus empleados, en que la vivienda sea un bien asequible, en corregir los desmanes de los oligopolios, en combatir la corrupción, en reducir el gasto público y, en definitiva, en acabar con las desigualdades extremas, la miseria y la pobreza infantil.
Paz Palmeiro, Antonio
Paz Palmeiro, Antonio


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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