Una acústica sólo comparable con la que se encuentra en las salas de concierto de Japón. Así se pronunciaba el tenor internacional Celso Albelo, cuya voz resplandece en los principales teatros del mundo, refiriéndose a nuestro Auditorio de Ferrol, lugar elegido para grabar su cd y para debutar en nuestra ciudad dentro del programa Ferrol en Clave Lírica en lo que se convirtió en un concierto de antología con un repertorio basado en las canciones del sevillano Joaquín Turina y de los

latinoamericanos Ginastera, Goastavino y Augusto Brandt, configurando una primera parte sugerente y atractiva, musical y poéticamente, celebrándose la Canción del árbol del olvido, una Vidalita que Ginastera supo traducir a la tradición culta, expresando delicadamente la herida del amor roto: En mis pasos hay un árbol/ que del olvido se llama/ al que van a despenarse/ los moribundos del alma
. No podía faltar en esta selección de marcado tinte nacionalista, la representación de nuestro género chico (o género grande como reivindican muchos de nuestros más afamados intérpretes), que como siempre ocurre, encandiló al público absolutamente entregado. Detén tu alado paso o De este apacible rincón de Madrid fueron algunos de los compases interpretados con absoluto dominio técnico y especial sensibilidad.
El pianista Joan Francisco Parra, actual repertorista del Festival de Ópera Alfredo Kraus de Las Palmas, mostró su gran profesionalidad, también con la Danza Argentina, desgranada nota a nota con una delicadeza atrayente y expresiva, para dar paso a famosas aria de óperas de Donizetti, compositor con el que el intérprete se siente especialmente a gusto, algo que sabe transmitir con su voz de privilegio.
Generosamente, Celso Albelo, tras terminar la actuación regaló más de un bis, asombrando con un magistral Lamento de Federico y un Ay, ay, ay impregnado de dulzura y belleza. Un concierto para repetir y para recordar.