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El primero de mayo en la fabrica

viernes, 08 de mayo de 2015
En San Cesáreo, cerca de Roma, se celebra el primero de mayo en fiestas familiares como en Allu-Team donde una familia italo brasileña de cuatro hermanos han echado raíces y se reúnen gente de la Italia de las pequeñas empresas que inundan el mundo con sus manufacturas y productos industriales.El primero de mayo en la fabrica
Unas personas muy joviales, de todas las edades y experiencias internacionales. Este primero de mayo ha sido muy especial en Italia ya que se ha efectuado la inauguración oficial de la Expo 2015 de Milán dedicada a la alimentación para nutrir a un mundo en rápido crecimiento y que según las proyecciones pasara de los siete mil millones actuales a los diez mil para el 2050 y en que mil millones están desnutridos y pasan hambre y otros mil sobrealimentados padecen problemas ligados al sobrepeso como diabetes e infartos y accidentes vasculares.

El Papa lanzó un mensaje televisivo alertando sobre la necesidades alimentarias del mundo en la lucha contra la pobreza y el premier Renzi se felicitó por albergar esta muestra y postuló la sostenibilidad medioambiental.

Mientras tanto, en Roma, en San Juan de Letrán, se celebraba el habitual concierto reivindicativo y festivo en que unos sindicatos muy debilitados reivindican los derechos de los trabajadores y auspician que el paro del trece por ciento se reduzca y una parte del 42 por ciento de jóvenes sin trabajo puedan encontrar salidas laborales aplicando una política de expasión que derrote el clima de austeridad imperante en Europa.

Estas dos manifestaciones representaban el mundo oficial, pero la Italia profunda la ingeniosa y fabril se reunía en múltiples festejos en que como en Roma hay que comer "le sette fave e il pecorino". Se comen las siete vainas verdes con las habas y un poco de queso de oveja. No hay romano que se resista a esta "delikatessen" y, si es posible, regada con buen vino blanco de los Castelli, esas colinas suaves en que Roma se desliza hacia las montañas entre un mar de viñas y que dado su éxito no alcanza la producción para los consumidores por lo que hay que cortar el vino con otros caldos de Apulia o añadir agua como han hecho todos los taberneros desde que el mundo ha sido.

Por unas horas, se olvidan del creciente pesimismo que reina en Italia. Es una fiesta para familias enteras que ahogan sus preocupaciones con alimentos sanos y sencillos. En la Italia bel bienestar se habla de slow food, de comer con calma y sin infringir las sagradas leyes que deben preservar el Planeta. Sin embargo, en un primero de mayo, triunfa la retórica y cruda realidad del trabajo puro y duro de las mariscadores a los mineros, a los albañiles que con sus manos levantan miles de casas, a los agricultores que miran a cielos no siempre clementes, y doblan los espinazos a las mujeres del mundo que trabajan día a día en millones de hogares. Festejamos el trabajo, y que mejor que hacerlo en una fabrica. Este viejo sueño del socialismo real solo se puede celebrar en libertad en un país democratico, donde se conjuguen igualdad de oportunidades y creatividad.El primero de mayo en la fabrica
En la era digital, donde campea la inteligencia artificial, es bello poder conjugar el verbo festejar entre autónomos y emprendedores rodeados de viñedos muy trabajados y primorosamente cuidados. Un primero de mayo con sabor a esfuerzo, alegria y fiesta. Los antisistema lo han celebrado destruyendo y sembrando el pánico en las calles de Milán. Son dos formas de entender el mundo: creando y destrozando.
Antuña, Joaquín
Antuña, Joaquín


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