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Volar

sábado, 18 de abril de 2015
Nunca he tenido miedo a volar. Para mi es como subirme a un autobús, a un taxi , a un tren o a un barco. Ni el despegue , ni el aterrizaje, ni cuando había turbulencias, me inquietaron lo más mínimo. Realmente nunca me planteé el por que, ya que no soy lo que se dice un valiente, tirado para delante o insensato, aunque tampoco un cobardón, que conste.

Haciendo memoria, ni la primera vez que monté en un avión pasé miedo, allá por principios de los cincuenta, era en un Junkers viejo, posiblemente militar , de aluminio corrugado, gris, que había prestado servicio para la Luftwaffe en la II Guerra Mundial , recuerdo que a mi me pareció precioso, majestuoso e impresionante. No se por que, un tio mio, nos facilitó un bautismo de vuelo a mi fallecido hermano Carlos , a dos de sus hijas y a mi. Salimos del magnífico Aeródromo lucense de Rozas, que los alemanes habían construido a unos doce Km de Lugo, para el mantenimiento de las impresionantes torres de navegación radiofaro Consol.

El aeródromo tenía dos pistas de tierra y grava compactada de 1.500 y 1.000 metros y una pequeña y elemental torre de control. Volamos, pasando por la vertical de Santiago, hasta Lugo Llanera en Asturias y vuelta. Baches, turbulencias, asientos raídos, ruidos de los motores y quejidos de la estructura, pero descendimos contentísimos de la experiencia.

La confirmación fue en un viaje, también desde el Aeródromo de Rozas, a Santiago y Madrid, en un vuelo regular operado por Aviaco, en un aparato también mítico de la II Guerra mundial, un Bristol, que, según Luis L. Pallín, había sido un planeador, al que se le habían acoplado dos motores para su reconversión como transporte de viajeros y/o carga.

Después de aquellas aventuras , que hoy supongo me pondrían los pelos de punta, hice multitud de vuelos nacionales , por Europa y América, alguno con incidencias, y ninguno me alteró, ni preocupó. Un recorrido por Madrid en helicóptero de la DGT, en una hermosa y soleada mañana , me pareció inolvidable. Después de aquel bautismo y confirmación, en los años cincuenta, que me parecieron maravillosos , los demás vuelos fueron como volar en el más lujoso jet de un jeque árabe. Aquellas experiencias iniciáticas fueron como una cura de caballo contra el miedo a volar.

Ahora que lo pienso, toda esta aparente insensibilidad y falta de miedo a volar, está basada en una seguridad implícita, sumergida, oculta, e incluso ignorada, ni pensada conscientemente : la de que el piloto y la tripulación son competentes, que los aparatos son una maravilla tecnológica , que la compañía que fleta el avión es responsable y se preocupa para evitar que los múltiples incidentes que podrían surgir en un vuelo, toma las medidas para que no sucedan o se solventen rápida y eficazmente y que el aeropuerto de origen y de destino tienen las mejores instalaciones y ayudas a las aeronaves que los utilizan.

Recuerdo un eslogan publicitario de Iberia : El avión es lo único más importante que usted, ( o algo así) para enfatizar la importancia que Iberia le daba a la seguridad

Lo que nunca pensé que pudiera pasar lo que pasó : que un piloto de un avión de pasajeros fuese un enfermo psiquiátrico depresivo y con tendencias suicidas, diagnosticado y en tratamiento , que oculta sus bajas a su compañía, que, por otra parte , era conocedora de sus antecedentes médicos y que no había comunicado a las autoridades aeronáuticas alemanes estos antecedentes y que deliberadamente estrelle el aparato contra los Alpes, con 150 pasajeros y tripulantes , incluido él, tal y como pasó hace unos días con un vuelo de la Germanwings, filial de Lufthansa, una de las más serias y prestigiosas del mundo.

Entre las múltiples cuestiones que surgen en un “accidente” con estas características tan específicas , están las normativas de protección de datos y el derecho a la intimidad de las personas, al estar en el fondo de la dificultad de haberlo podido evitar. Creo que a raiz de este lamentable siniestro aéreo, sería conveniente que, a nivel europeo , se revisase toda la normativa comunitaria , la de los Paises miembros y la de las diferentes empresas, respecto a ciertas profesiones y actividades, en las que la protección de los datos personales y el derecho a la intimidad de las personas ha de ser preterida, al interés supremo de la sociedad.

Por la misma razón que los políticos están obligados, por ley, a facilitar públicamente sus intereses, sus ingresos y su patrimonio, o los militares, policías, guardias civiles, etc, tienen limitados sus derechos constitucionales, por ley, a sindicarse , manifestarse, reunirse, etc, a aquellos que quieran ejercer ciertos profesiones o actividades, tendrían que verse constreñidos legalmente a que ciertos datos personales, por ejemplo médicos, tengan que ser directa e inmediatamente conocidos por su empresa, y por la autoridad competente, en su caso, para que se puedan adoptar las medidas preventivas que procedan. Para el ejercicio de ciertas profesiones o dedicaciones es de interés público el control riguroso y periódico de la salud psíquica que debe hacerse por centros públicos homologados, con comunicación inmediata de los resultados al interesado , a la empresa y , cuando proceda , también al la Administración competente.

Los controles en períodos entre revisiones periódicas son tan importantes o más, por cuanto las habilidades profesionales están sujetas a múltiples agentes condicionantes, por ejemplo enfermedades corrientes, en las que su medicación puede afectar a las capacidades físicas o psíquicas de un profesional, así como la ingesta, ya sea habitual o esporádica, de sustancias psicotrópicas, dopantes, alcohólicas etc, Estos controles han de hacerse sistematicamente por las compañías y aleatoriamente por la administración, con la frecuencia y seriedad necesaria.

El desastre aéreo de los Alpes nos hace meditar en si a los pilotos o incluso a la totalidad de los miembros de las tripulaciones de aviones, algunos que pueden transportar más de medio millar de pasajeros, les debe afectar el sagrado secreto de los datos médicos que , como en España , en Alemania, se guarda escrupulosamente, hasta el punto de que las bajas laborales no especifican el motivo de las mismas y las entrega el propio interesado ( ¿ que pasa si no las entrega?), y las revisiones periódicas obligatorias, que son insuficientes , livianas y no permiten detectar modificaciones en las aptitudes físicas y psíquicas, para el ejercicio de una función tan responsable.

Creo firmenente que no sería exagerado exigir que las tripulaciones pasen seriamente frecuentes y rigurosas revisiones periódicas por los servicios médicos de la compañía y aleatoriamente por las autoridades aeronáuticas de las que dependan, y que se realicen sistematicamente tomas de muestras orina, obligatorias antes de cada vuelo, por la compañía, con revisiones aleatorias y sorpresivas por las autoridades aeronaúticas , operadoras aeroportuarias , etc. Los servicios médicos de las Compañías deberían conocer obligatoria y urgentemente los diagnósticos médicos realizados fuera de los propios servicios y las prescripciones recetadas , que , en caso de ocultarlo, sería considerado falta grave con suspensión reglamentaria temporal de empleo y sueldo y expulsión en caso de reincidencia y/o dolo.

A similares controles exsahustivos y serios, deberían estar sometidos los conductores profesionales de autobuses de viajeros y los escolares,; los conductores de camiones, trenes barcos , etc y todos los que usen armas, profesional o deportivamente, y , en menor medida a jueces, profesores de todo tipo , incluso universitarios. El interés público debe prevalecer sobre los intereses particulares, en todo caso y por imperativo legal.

No pueden ser consideradas estas obligaciones como exageradas , cuando son exigidas a los ciclistas , atletas , o a los simples conductores de automóviles, que somos sometidos a aleatorios y sorpresivos controles de la Guardia Civil de Tráfico de ingesta alcohol y drogas, a controles de velocidad y, aunque un poco de coña, a exámenes psicológicos, al renovar los carnets de conducir, tenencias de armas, o de perros considerados peligrosos. Por eso proliferan, no como las peluquerias de señoras , pero si como ópticas y cafeterías, las clínicas psicotécnicas, que dan toda clase de facilidades para la captación de clientes , entre las cuales está no poner pega alguna, sacarte las fotos necesarias hasta que salgas guapo, y tramitarte el carnét.

Me indigné un montón cuando , con motivo del ataque yihadista al periódico humorista francés Charlie Hebdo , un grupo de autoridades europeas se reunieron para tomar medidas antiterroristas preventivas, se consideró como excesiva injerencia en la intimidad de las personas si se exigía a todos los pasajeros en vuelos con origen y destino en los distintos aeropuertos europeos, que se cubriera una serie de datos como origen , destino , si habían o pensaban hacer escalas , si habían sacado el billete en internet o en agencia , etc para hacer un banco de datos con los que confeccionar estadísticas, para detectar perfiles de terroristas. ¿ es que nunca viajaron a USA ?

Asombroso, por que a mi , como a todo español, cuando nos alojamos en un establecimiento hotelero, barato o caro, se me abre una ficha que con la fotocopia el canet de identidad ( que no deja de ser una ficha policial universal), con su foto , huella digital, domicilio etc se entrega diariamente en una comisaría de policía, como control de pasajeros; se me fotografía la matrícula de mi coche al entrar en un aparcamiento , soy victima frecuente de la venta de bancos de datos diversos , en los que consta mi teléfono , fijo o móvil , se me incluye en un listado de morosos por no pagar una factura no conforme de una operadora de telefonía por menos de 100 € , relación de morosos que va vendiéndose sucesivamente a otros buitres , que te molestan amenazándote a llevarte a los tribunales de justicia , mientras a ti no te dejan borrarte de esas listas de morosos, lo que te puede deparar perjuicios a la hora de solicitar un crédito, una tarjeta de crédito, etc

Nos la cogemos con papel de fumar, poniendo inconvenientes para solucionar cosas importantes y alegamos toda clase de perjuicios amparándonos en nuestros sagrados derechos a la intimidad y , por otra parte, somos laxos en cosas baladís, pero que nos afectan de forman contundentes y nos molestan todos los días .

El desastre aéreo de los Alpes, con independencia de los resultados de la investigación correspondiente, nos ha evidenciado una serie de fallos: de los procedimientos de seguridad y de control de sus tripulaciones de la Compañía aérea y de la Administración aeronáutica alemana, del diseño de seguridad de la empresa fabricante del avión por no tener absurdamente los aseos de la tripulación dentro del recinto acorazado de la cabina, ya que el piloto al hacer un pis, generó inevitablemente un punto débil en los sistemas de seguridad, etc.

Y una cuestión ¿ por que en casos de desastres aereos la búsqueda de las cajas negras , que son naranjas, es tan esencial y por tanto histérica y obsesiva en algunos casos, ya que las tecnologías actuales permitirían, además, recibir instantaneamente la trasmisión de voz y datos a la base de la compañía y grabarlos ? Este desastre pondrá todo en cuestión.

Ahora, posiblemente , he perdido mi inocencia aeronaútica ¿ que pasará cuando me suba a un avión? ¿ tendré pavor o inquietud a volar ? o ¿estaré como hasta el desastre de los Alpes, sereno, como si no fuese conmigo, sin miedo alguno a volar?
Figueroa, Rosendo
Figueroa, Rosendo


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