A Mariano se le ha ocurrido que la mejor manera de salir del atolladero en el que está sumido el partido que comanda es hablar de economía porque, dice, es lo mejor que hemos hecho como gobierno y los resultados ya están aquí.
- ¡Fíjate!
Cuando el habla, sea en una tele o en una reunión de Junta Directiva, los demás le siguen. Y al día siguiente el chorreo de declaraciones va de lo mismo. Incluidas las televisiones públicas y privadas, que le dedican quince minutos a la misma noticia económica salida de esa troika que Rajoy tiene como aliados.
- Hasta llegaron a decir el otro día que a España, ahora, no le cobran por prestarle dinero
¡Qué va! ¡Le pagan! ¡Es un hecho histórico! ¡Increíble!¡Imaginaos el dinero que vamos a ganar con el pufo público que tenemos!

El caso es que yo, que no entiendo nada de economía, acudo a mi vecino Luís, que sí que entiende. Para empezar le pregunto si paga los mismos impuestos que yo creo que paga
.y me cuenta:
- El 22% de mi modesto salario se lo lleva el IRPF
Por circular por una pista asfaltada llena de baches pago 500 euros de Impuesto de Circulación
Cuando echo gasoil al coche, pago el 50% en concepto de impuesto
Por haber comprado una casita pequeña pago 450 euros de catastro
Al Ayuntamiento también le pago el agua y la recogida de basuras
Pago el más elevado IVA de todo lo que compro
¿Sigo?
Luís es economista y minucioso, de los que lleva sus cuentas al dedillo. Sus impuestos suman al año nada menos que 16.000 euros; además afronta una hipoteca y eso sí, ha dejado de comer de restaurante los domingos por falta de presupuesto. Tampoco se va de vacaciones como antes y solo se permite el lujo de conquistar conmigo el monte San Marcos por un sendero que no arreglan desde hace nueve años
- Ese es el resultado de las medidas económicas del gobierno
¡Trabajar diez horas diarias -el que puede- para tal vez ir tirando!
También le pregunté a Luís si le habían subido el sueldo, porque ya que todo sube
- Subieron los impuestos, la luz, la cesta de la compra, incluso las rebajas
suben. ¡Pero a mí me bajaron el sueldo un catorce por ciento en cinco años! Ahora
no solo tengo el salario congelado, sino también mi casa, porque he tenido que reducir la calefacción.

Luís es un ejemplo de lo que antes llamábamos clase media, esa que ha desaparecido de las definiciones demoscópicas porque ya no existe. Ahora solo quedan ricos empresarios y pobres empleados, los que han sido capaces de conservar el trabajo, que del paro, Mariano presidente ni habla.
Dicho lo anterior y sin meterme hoy en los asuntos de los pobres de solemnidad que denuncian Cáritas, Cruz Roja y demás oenegés
no veo por ningún lado el risueño panorama con el que nos intoxican. Salvo si me limito a analizar a la clase política, que algún diputado tengo en la misma parroquia
Verás, su señoría es de los de Casa Grande, BMW, le abastece a domicilio El Corte Inglés y acaba de llegar de sus santas vacaciones en el Caribe.
-Este diputado del PP sí que ve como repunta su Economía
¡Este sí!
Los demás no. Y lo que más indigna es que, según toda esa casta de la derechona, o estamos ciegos o somos unos ignorantes pájaros de mal agüero que solo creemos en meigas.
-Yo creo que son más sinceras, pero que mucho más, las meigas
que esta gente que nos quiere hacer comulgar con ruedas de molino.