Reaccionarios

No tengo por menos que recordar el poema de Don Antonio Machado, "del pasado efímero", dónde describe aquel hombre taciturno del casino provinciano, con labios de hastío, ojos velados por la melancolía, mustia la tez y el pelo cano...Lo recuerdo cada vez que entra por la televisión algún que otro político de los que todavía no se han enterado de lo que pasa; quizá por llegar a creerse las propias mentiras de la propaganda dirigida, pero sin tener en cuenta que hoy las campañas electorales no dependen de aquellos mítines dónde la imagen de llenazo estaba garantizada por personajes como "el bigotes" o cualquier otro de los 175 imputados del asunto Gürtel, hoy tienen que ver con las redes sociales y no necesitan convocar fieles para llenar el autobús. Y es que los líderes del 2015 no deberían esperar se les encienda el piloto rojo del púlpito para saber que han de subir el tono, convincentemente, del mensaje previsto para el informativo de máxima audiencia. Les basta con una plaza pública, un mensaje de ruptura que lleve la esperanza del cambio, eso que junto al voto hace de la democracia un sistema excelente (votar la alternancia en el poder).

Hasta los gurús de la sociología partidaria están inseguros. ¿Qué conviene: atacar a Podemos, arrumacos y carantoñas con Ciudadanos, asustar señalando la izquierda revolucionaria pagada desde Venezuela, descuidar al nuevo socialismo de Sánchez y Díaz?.

Hasta la derecha nacionalista del presunto honorable Mas, ha tenido que buscarse una salida de tono que le permita estar en la pomada, tras las elecciones andaluzas. Parece que ya no hay marcha atrás. Quien vote Convergencia o ER sabe que está dando alas a la declaración unilateral de independencia en Cataluña. Otra cuestión es si las diatribas del clan Pujol con las cuentas en Andorra, o el resto de las formaciones, incluidos los Demócratas Cristianos de Unió, sumará en la aventura del nuevo Moisés para alcanzar la tierra prometida.

Podemos y Ciudadanos. Nuevas ofertas para emitir el voto. A mí me parece que son los nuevos partidos del siglo XXI. Por sus dirigentes, sus métodos de elegir a los candidatos, su compromiso con la gente corriente, la preparación de sus cuadros, porque les entendemos cuando hablan, porque han salido de la sociedad civil y no de las juventudes profesionalizadas de los viejos partidos del siglo XX. Por ello provocan la reacción.