Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

Un tiempo fuera del tiempo

martes, 10 de marzo de 2015
“En esta hora, Señor, me oprime la nostalgia
al pensar en la dulzura de aquellos caminos de cada día”.
Eugenio D’Ors


...Son las horas, cada día más escasas, que pasamos en la biblioteca, junto a ese abanico de hallazgos que constituyen los libros, acumulados durante años, morosamente, en el cobijo enmaderado de los anaqueles...
Es raro que leamos un libro inmediatamente de adquirido; suele haber un lapso de espera, a veces más largo de lo deseado, por circunstancias no del todo claras. Y de pronto, al escuchar un nombre, al enterarnos de un suceso o ante la súbita iluminación de una idea, buscamos la obra que la memoria abre, como recuerdo oportuno, para saciar esta hambre turbadora.

En agosto de 1999, luego del curso de lingua galega en Santiago de Compostela, el periodista y productor de Televisión Galega, amigo y compañero de sueños, Luis Menéndez, me obsequió su libro “Toda a terra é dos homes”, Editorial Galaxia, 2ª edición, 1994, “unha reportaxe chea de vida e interese humano na que os auténticos protagonistas son os milleiros de galegos que, polos motivos máis diversos, decidiron emprender a aventura da emigración”, según reza la breve y certera síntesis de la contraportada. No lo leí entonces, y pasó a engrosar el amplio sector de lo que es mi ‘biblioteca gallega’. Una conversación con mi tío José María, el último de nuestra estirpe migratoria lucense venida a América, en 1924, desde Carballedo, me hizo buscar el libro, que he terminado de leer hoy, en cotidianos recorridos en autobús desde mi casa hasta la universidad. ¡Qué buen texto! Un conjunto de crónicas de viaje de notable factura, dosificadas con precisas notas de humor y sobrios matices de nostalgia. A través de sus doscientas dieciséis páginas visitamos cercanas y remotas tierras en las que el ser gallego dejó su impronta, su profunda huella humana y, por supuesto, su inconfundible pegada cultural. Todo ello en axeitada i elocuente linguaxe, pleno de referencias cultas e inteligentes analogías.

Así, voy alternando mis lecturas entre los dos idiomas: el castellano de mi formación profesional y académica; y el gallego de mis anhelos poéticos y vitales, lengua que entró en nosotros desde aquellos tempranos días de la infancia, en el gran caserón de Chacra el Olivo, al norte de Santiago de Chile, junto a nuestros abuelos oriundos de Santa María de Vilaquinte, en compañía de nuestro padre y a las tres tías que lo falaban pola mañanciña con ise acento rumoroso que aínda pode escoitarse nos eidos da Galicia profunda, nas terras de Carballedo...

Cómo quisiéramos prolongar esos momentos de amorosa búsqueda, de encendida reflexión entre los folios que parecen crepitar en el fuego amado de la memoria...

En conferencia dictada en nuestro Instituto de Estudios Avanzados, el expositor cita a Eugenio D’Ors, a propósito de los actuales problemas de la epistemología, con una glosa textual: “Los extremos se tocan, el círculo se cierra. El extremo pragmatismo y el extremo racionalismo llegan a parecerse en el amor al símbolo y en la poca obediencia a las ingenuas ilusiones de objetividad”. Es una glosa de 1920, lúcida y de completa vigencia hoy, cuando un neopositivismo, basado en la tecnobiología, amenaza apoderarse del quehacer científico e intelectual de nuestro nuevo siglo XXI, prescindiendo de límites y consideraciones éticas...

De regreso en casa busco en la biblioteca las palabras de D’Ors en el tomo I de su “Nuevo Glosario”; confirmo la cita con satisfacción, pero al volver las finas hojas en papel biblia, encuentro un texto que me emociona, una glosa al gran poeta galego-lusitano: “No olvidaremos nunca, Teixeira de Pascoaes, que en la primavera de 1918 vivimos unas semanas en tu compañía. Viniste a profesar en nuestro Seminario filosófico un curso sobre los poetas portugueses. Te tuvimos al lado como padrino de rumbo, en ocasión del bautizo de nuestra primogénita Biblioteca Popular... De toda tu estancia, querido Pascoaes, el recuerdo más extraño es el de la verbena de San Juan. Tú ahora, en el nuevo prólogo del nuevo libro Os poetas lusiadas, resumen de las lecciones del curso, has evocado o, mejor, ‘lembrado’ la imagen de aquella noche en que el Tibidabo (1) nos pareció, desde la cima, un panal de fuego entre el avispero de chispas, que eran las luces de la ciudad encendiéndose en la fluidez del largo crepúsculo... Tú has evocado, de aquella noche, el esplendor inicial, no la final melancolía”.

Alguien llama, apremiado, desde el exterior... Cierro el “Nuevo Glosario” y retorno a los afanes encardinados en este otro tiempo, el que fluye, inmisericorde, mientras pulsa Cronos las arteras notas de la precariedad.

NOTAS:
1. Tibidabo: Monte de la sierra norte de Barcelona, de 532 m., desde cuya cumbre se domina la ciudad.
Moure Rojas, Edmundo
Moure Rojas, Edmundo


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES