Los clubs de fútbol atraen la atención de esas masas que Ortega y Gasset veía en plena ebullición y que pasadas por Facebook y el Twitter se convierten en un cóctel de alto voltaje que forman parte del imaginario colectivo. Conscientes de su poder de embrujo y sortilegio se adentran en otras esferas sociales tratando de perseguir metas ideales que mejoren la convivencia y hagan un guiño a la paz.
Asi las campañas contra el racismo y la discriminación; la advocación a la UNESCO del Málaga o a UNICEF del Barcelona, que últimamente apoya un ambicioso programa escolar del Papa Francisco. El Rayo Vallecano, ese equipo con sabor a barrio, se ha ocupado últimamente del deshaucio de una vecina de 85 años haciéndose cargo de su tambaleante destino. El Atlético de Madrid, que añade a su sentido popular una nota de tronio, se apunta a la noble ambición de "ser un club para el mundo" y el 19 de febrero en el estupendo marco del museo Reina Sofía de Madrid celebró la gala de los IV A Team for the World , con un aforo rebosante en una bonita noche solidaria y amena iluminada con los colores rojiblancos de fondo.
ACNUR, Cáritas y Médicos sin Fronteras ganaron premios por su constante labor humanitaria y sus buenas obras.
Destaca el discurso por parte de la representante de Médicos sin Fronteras, que compartió la historia sobre dos niños que jugaban en la orilla de una playa plagada de estrellas de mar que no podían volver por sí solas al agua por haber bajado la marea. Uno de los niños cogió una estrella y la lanzó de nuevo hacia el mar. El otro niño le dijo que por qué hacía eso, que sería imposible salvar a todas las estrellas
pero el niño siguió devolviendo todas las estrellas de mar que podía; no se podían salvar todas, pero desde luego que salvaría las que pudiera hasta que no le quedasen fuerzas.
Fue una sencilla y representativa metáfora de la labor de Médicos Sin Fronteras en el mundo.
Por otro lado, también la Baronesa Thyssen recibió su premio por la promoción de la cultura. En el ámbito de la educación el premio se lo llevó el príncipe Muhammad Saleh Bin Bduwah Al Darmaki, por la creación de la Universidad Americana en los Emiratos Árabes, el cual dijo en su discurso dotar de 30 becas para estudiar en su universidad para la Fundación Atlético de Madrid.
El momento más emotivo de la gala se guardó para el final: el premio a los valores extraordinarios del deporte, para la difunta luchadora María de Villota. Entregó el premio el Presidente del Atlético y recogiendo el premio estaba el padre de María que en su discurso incluyó las propias palabras del libro de María, atragantándosele las palabras al final y consiguiendo un gran aplauso del público.
Entre galardón y galardón hubo algunas actuaciones musicales: una actuación por parte de Mireia, de la primera edición de Operación Triunfo, dedicada a los niños.
También volvieron a los escenarios, tras su sonada detención en Chile por carecer de visado correcto, los integrantes del dúo Amistades Peligrosas, y el jóven grupo revelación De Vicio. Asimismo también hubo una bonita representación artística que mezclaba la danza clásica con el flamenco por parte de dos artistas del Ballet de Victor Hullate.
En un paso más para profundizar en la educación la Fundación del Atlético Madrid va a suscribir un acuerdo con la Fundación Paz y Cooperación para apoyar sus Premios Escolares empezando por la campaña Tecnología para la Paz, que se lanzó en Naciones Unidas el pasado 14 de enero. El fútbol espectáculo global por excelencia devuelve a la sociedad su compromiso por el mundo como hace el Atlético Madrid.
