Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

Sagrada Memoria

martes, 17 de febrero de 2015
“Mientras aquí en América comienza a declinar el otoño dorado…
en el Viejo Continente agroman, para florecer, las madreselvas,
las albahacas, las zarzas silvestres y los jugosos abedules…
¡Dulce primavera, vieja y remota amiga
de la juventud esperanzada!…”
Ramón Suárez Picallo (abril 1944)


Es viernes por la tarde, en este templado agosto invernal (1). Trabajo en casa con las crónicas que Ramón Suárez Picallo escribiera en Santiago de Chile, entre 1941 y 1957, primero en el periódico “La Opinión”, luego en el diario “La Hora”, donde su constante labor xornalística se extendería por más de una década… Desde la sala me llegan los acordes de la gaita que toca mi hijo Xosé María, novato gaiteiro de trece años, secundado por su profesor de música, el asturiano Andrés Soberón... Son ahora las seis de la tarde -medianoche en Galicia- y aprovecho para escuchar el noticiero de Radio Galega -milagro virtual, sin duda, oír aquí las voces que atraviesan, intactas, trece mil kilómetros que nos separan- (Confieso que suspendo la transmisión cuando comienzan esos interminables “programas deportivos”, cacofonías sobre el “vicio futbolero”, agobiadora epidemia planetaria).

Alrededor de tres mil carillas integran la colosal tarea periodística desarrollada en Chile por Ramón Suárez Picallo, uno de los más fecundos galleguistas transterrados en Sudamérica. Nacido en Sada, La Coruña, el 4 de noviembre de 1889, pescador, vendedor de dulces, peón de farmacia, cobrador y repartidor de artículos de goma, poeta, periodista, maduro estudiante de leyes en el exilio, orador, conferencista, conversador notable, diputado por la II República Española, organizador de entidades como Galeuzca, que unía los sueños libertarios de Galicia, Euzkadi y Cataluña cuando sólo era posible articularlos en tierras americanas…

Los más diversos temas se entrelazan en “La Feria del Mundo”, nombre de su columna diaria bajo el seudónimo de Pick Up… Algunos títulos: “El Presidente de las Cortes Republicanas Españolas”, “Los jueves, pescado”, “Potaje de bacalao”, “García Sanchiz en Compostela”, “Churchill en Niágara Falls”, “De Madrid a La Coruña”, “Coruñeses y británicos”, “Basilio Alvarez, el sacerdote agitador”, “Don Antonio Maura y Montaner”, “La casa de la Troya”, “Meus neniños”… El estilo de Suárez Picallo es coloquial: escribe como conversa, según quienes le conocieron en Chile, entre ellos Eduardo Blanco Amor y Manuel Celso Garrido. Su prosa fluye, torrencial, matizada por constante ironía; a menudo denuncia, zahiere, apostilla como un especialista de variados tópicos; asimismo, asume con notable perspicacia la realidad chilena, usos, manías y costumbres de sus habitantes, provengan de raíz popular, de la “clase media” o de sectores acomodados. Conocedor del mundo cultural, Pick Up nos hablará de escritores y pintores chilenos de nota, entre los que destaca Augusto D’Halmar, un enamorado de Compostela, amigo entrañable de Blanco Amor…

Debo leer cuidadosamente, para corregir fallas de grafía atribuibles al periódico, y errores de digitación, culpa de inadvertidas secretarias… También es preciso escribir notas a pie de página, porque hay palabras, modismos, dichos y terminologías que el lector contemporáneo, sea chileno, argentino o gallego, difícilmente asumirá en una primera lectura… Si no existen escritos suyos en lingua nai, nada más gallego que su discurso hilvanado aquí, en el sur del mundo, con el alma orientada a su pequeña Sada natal y las esenciales motivaciones de su patria atlántica…

En conversaciones con el poeta Luis Tosar, con Manuel Suárez y Luis Menéndez; en cartas con Carlos Penelas y Xavier Alcalá, coincidimos en la necesidad imperiosa de estructurar la memoria de la emigración, cuya tarea han emprendido y abordado “sectorialmente” autores como Xosé Neira Vilas –aparte de los ya mencionados-, Isaac Otero y otros que no recuerdo ahora… Parte de tal labor es la próxima edición del libro “Chile a la Vista”, que reúne las crónicas de Blanco Amor escritas en este finisterre. Pero falta engarzar un trabajo conjunto de mayor alcance y proyección. Para ello, sería preciso contar con apoyos institucionales más amplios y decididos… Hace unos meses me di a la tarea de escribir a diversas entidades de Galicia, proponiendo la publicación de las crónicas de Suárez Picallo, cuyo conjunto comprendería unos tres volúmenes similares a los que se editaron con la obra de doña Emilia Pardo Bazán. Escribí al Consello da Cultura Galega, al Consello de Emigración e Cooperación Exterior, a la Diputación de La Coruña… Fuera de un par de escuetas notas de “buena crianza”, nada concreto…

Mientras tanto, sigo con mi trabajo… La recopilación íntegra de las crónicas, impulsada y dirigida por la doctora Carmen Norambuena, ha llevado cerca de cinco años de búsqueda en archivos de la hemeroteca -Biblioteca Nacional de Chile- y otras fuentes-. Sólo falta concluir la revisión final y ordenar comentarios y glosas. No pierdo las esperanzas de ver esta labor dignamente impresa, como lo merece el olvidado hijo pródigo de Sada… Una vieja porfía me alimenta, hecha de otras voces antiguas, como ese fuego petrucial que nuestros antepasados no dejaban apagarse en la lareira, porque en su ígneo corazón vivía el alma de la tribu, la sagrada memoria de la estirpe.

NOTA:
1. Crónica escrita en el año 2002.
Moure Rojas, Edmundo
Moure Rojas, Edmundo


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES