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El negocio del siglo

miércoles, 21 de enero de 2015
La investigación farmacéutica no puede estar únicamente en manos de empresas privadas, o lo que es peor, en manos de grandes inversores a los que les importa un pepino la salud y que compran las patentes y luego ponen precios abusivos a los medicamentos.

La investigación farmacéutica, al igual que la atención sanitaria, debiera de ser mayoritariamente pública, es decir, debiera realizarse en universidades e instituciones públicas como podría ser, en el caso de España, el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) o el CNIO (Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas). A partir de ahí, la fabricación y comercialización de los medicamentos debería tener un cierto control estatal, para evitar que ninguna empresa privada se aproveche del trabajo de investigadores públicos y luego encima aumente artificialmente el precio del fármaco. La sanidad es algo muy serio, así que, el que quiera hacer negocios u obtener una elevada rentabilidad de sus inversiones que se vaya a otros sectores.

En caso contrario puede ocurrir que una multinacional, que se aproveche de investigaciones en instituciones y universidades públicas, patente un determinado fármaco y le ponga un precio de venta que no puedan asumir los pacientes ni siquiera el Estado.

Algo parecido es lo que ha ocurrido con el fármaco sofosbuvir que cura la hepatitis C, comercializado por la multinacional farmacéutica GILEAD con el nombre de SOVALDI.

La empresa Pharmasset Inc. que tenía la patente del Sofosbuvir fue comprada por GILEAD en 2011 por 11.000 millones de $. En estos casos, a los investigadores que lograron el fármaco ni se les nombra, vamos, que no cuentan, además, no juegan al fútbol ni a otro deporte ni son actores de cine, por lo tanto, el interés que pueden despertar en una sociedad como la actual es mínimo.

Pero lo verdaderamente grave es que aunque el coste real de producción del medicamento oscila entre los 50 y 100 € por paciente según estudios publicados, GILEAD comenzó ofreciendo el tratamiento, de 12 semanas, a algo más de 60.000 € por paciente. O sea, el negocio del siglo.

En Europa, distintos gobiernos están negociando precios por debajo de los 60.000 €, después de que se viera rechazada, en julio de 2014, la propuesta del gobierno francés para que la UE creara una plataforma específica para combatir el elevado precio de estos medicamentos. El gobierno español se opuso por entender que no es necesario un instrumento específico para abaratar ese medicamento.

El gobierno español habría aprobado un presupuesto para este medicamento de 125 millones para 2015, lo que supondría, al precio de 25.000 € que dicen haber negociado el suministro del medicamento, tratamientos para unas 5000 personas como máximo.

A nivel mundial, con alrededor de 150 millones de personas infectadas por VHC, con los precios marcados por GILEAD, tratar a toda la población afectada por hepatitis C necesitaría de cerca de 9 billones de €, o lo que es lo mismo del PIB conjunto de Alemania, Francia, España, Reino Unido e Italia.

Hay quien opina que el Gobierno podría iniciar los trámites para la emisión de una licencia obligatoria para fabricar Sofosbuvir como un producto genérico, como establece el Acuerdo de Doha de Salud Pública de la Organización Mundial del Comercio para limitar los derechos de propiedad intelectual en caso de necesidad de salud pública. O bien, oponerse judicialmente a la patente como está haciendo el Gobierno de India. Al parecer, no ha existido verdadera innovación que justifique una nueva patente ya que la misma molécula fue patentada previamente como un medicamento contra el cáncer.
Paz Palmeiro, Antonio
Paz Palmeiro, Antonio


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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