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Confesiones de Viajero

martes, 18 de noviembre de 2014
Foron todos felices preparando a partida
E marcharon deixando
Un asombro de ausencias...
Xosé María Díaz Cáccamo


Nací en Santiago de Chile hace más de setenta años. Mi padre vino de tierras de Carballedo, Chantada; mi madre es chilena, nacida en Valparaíso, de ascendencia castellana. Soy mestizo o criollo, según se entienda; soy gallego, de acuerdo al pulso inextricable de los anhelos, chileno de cultura y chilote de adopción por escogencia anímica y estética en este finisterre austral donde nuestra América morena se disgrega en infinidad de archipiélagos, como reguero de islas en la vía acuosa del inmenso firmamento del océano Pacífico..
A fuer de irremediable repetidor (todos los escribas lo somos, según Borges), diré que heredamos de los Moure lucenses el amor por la Tierra Madre, el cariño entrañable por su lengua y su cultura; también la saudade... De ahí nos viene este prurito de embarcarnos, cada vez que podemos, en busca del regreso, como si la vieja casa petrucial de A Touza, Santa María de Vilaquinte, fuese el comienzo de todo, la referencia mágica y sagrada de la estirpe, ese ámbito que tan bien define Xosé Luis Méndez Ferrín:

“Cando regreses a Vilanova dos Infantes
e entres na casa que fundaron os teus antergos
con lucidez e traballo imprecisábel
notarás a benvida dunha brétoma insidiosa
a vear cada obxecto como visto entre bágoas...


Ahora, que vuelvo a regresar, telefoneo a nuestra prima Xulia Simón, que vive con su marido, Eladio Mazaira, en A Forxa, muy cerca de la Casa... Luego de varios días de insistentes llamadas sin respuesta, Xulia levanta ¡al fin! el auricular. ¿Qué pasa que non te atopo? Home, tíñanos ocupados a mata dos porcos... Ti sabes como é isto... Voltamos xa de noite pecha perante unha semana..
Con mi tío José María teníamos planeado viajar en mayo del 2003. Iba a ser su derredeira visita, para cumplir un antiguo propósito: descubrir la desaparecida bodega construida en piedra por el abuelo Neira, donde se majaban las mejores uvas traídas desde Ourense, cepas endulzadas por el buen sol del mediodía gallego... En anteriores incursiones no logró dar con los muros de la adega, quizá semiocultos por la broza del monte, en las alturas orientales de Vilaquinte. Ahora, enfermo de terminal dolencia, su memoria ilumina las sombras del pasado y recrea con nitidez los espacios de la infancia remota...

Cando regreses a Vilanova dos Infantes
e os canastros, a profundidade das adegas,
o terror dos subterráneos onde
son as trabes de ouro e alquitrén,
a derrota das murallas no Arrabaldo, o agurgullo
da Fonte de Baixo, a morte enguedellada
en cada corredor derruido, acheguen a ti a man
pálida dos antanos amantes...


Ya no volveré –me dice en cansado susurro- Quién puede saberlo -respondo-, aunque presiento la sombra negra y definitiva sobre sus blancos cabellos. El tío está lúcido, como lo ha sido siempre: el más alerta e inteligente de los siete hermanos que dejaron A Touza en 1924; también el más exitoso y realizado, no sólo como creador de empresas, sino como hombre culto y humanista, alerta y vigoroso frente a los desafíos de su circunstancia. En suma, un orteguiano que trató de vivir las enseñanzas de su maestro, a quien conoció en Buenos Aires, allá por 1943.

José Moure Rodríguez me desea un feliz viaje a Galicia, con ocasión del II Encontro de Centros de Estudios Galegos das Universidades, en Santiago de Compostela. Le prometo buscar la bodega del “Tío Neira”, con ayuda de los viejos paisanos que aún recuerden aquellos usos pretéritos...

El poeta del epígrafe nos dice que “A viaxe era un regreso, abandonar as alcobas que clausuran a luz e deciden a posición constante dos feridos. Un regreso para a nación translúcida de xuño...” Es la tristeza por los que parten… Pero los poetas de la estirpe siguen llamándonos con la campana de la esperanza en el tañido perenne de sus badaladas que anuncian: “nos encontraremos al pie de la Fuente de la Alegría donde la noche escanciaba un vino espeso y feliz”.
Moure Rojas, Edmundo
Moure Rojas, Edmundo


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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