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Mentiras, corrupción, cobardía e ilegitimidad

viernes, 14 de noviembre de 2014
Érase una vez un cura al que los parroquianos feligreses habían calificado como el padre biológico de todos los hijos de soltera que nacían en la feligresía. Enterado de la especie circulante decidió tomar el toro por los cuernos, se enfundó los ornamentos de su rango, profesión y oficio y de tal suerte les platicó:
Vengo recibiendo noticias que me imputan la paternidad biológica de todas las criaturas que nacen en la parroquia de madre soltera. Y proclamo solemnemente que tal atribución es falsa. No es verdad que todos sean míos.
Fue en otras múltiples ocasiones cuando los ciudadanos de a pie o con muletas oímos por ejemplo a aquel célebre viejo profesor:
Las promesas electorales se hacen para no cumplirse.
O a aquel otro eviterno parlamentario.
A España no la va a conocer ni la madre que la parió.
De lo primero dieron fe todos los que pudieron prometer y prometieron y de lo segundo una ley que contra el primer derecho del ser humano, la vida, se sitúa enfrente al derecho indiscriminado al aborto.
Dos grandes verdades se llevaron a la práctica: La institucionalización de la mentira y la de la cobardía por un lado y, como consecuencia la normalización de la corrupción como santo y seña del profesional de la política y de los esbirros que “les preparan los discursos” y, todo eso revuelto en el matraz del laboratorio nos lleva a la ilegitimidad del uso del poder.
Aunque los afónicos o sin voz lo venimos predicando hace años a un pueblo, adocenado, inope, inane y erróneamente convencido de que es un inconformista cuando ha protestado por nimiedades y defendido injusticias en lugar de propugnar soluciones y realizaciones positivas, es lo cierto que, como a mí la fruta en el supermercado, le siguen vendiendo utopías podridas que traga como si fuesen melones de Ciempozuelos.
A lo que íbamos. De aquellas mentiras formuladas por personas teóricamente formadas se vino produciendo una mentalidad crédula con la falsedad que distrajo a la masa de aquel ingente número de indocumentados que se alojó en la política como profesionales sin formación constituyó la asociación gremial más numerosa y poderosa dedicada a la rapiña, al robo, al siseo del erario público a costa del pagano contribuyente.
Lenin primero y Goebbels después afirmaron que una mentira repetida concluye siendo verdad. Y la realidad se impuso. Y, como el hombre es el único animal que es capaz de tropezar dos veces en la misma piedra, lo engaña un impresentable gobierno socialista que destroza España y da paso a otro no menos impresentable gobierno “de centro reformista” ¡inimaginable! que arruinó a los españoles.
Todos iniciaron sus respectivas singladuras mintiendo, no solo incumpliendo las promesas electorales, sino haciendo lo mismo con la Constitución a la que juraron defender. Tras mentir vil y reiteradamente al pueblo, dieron pábulo a la más abyecta corrupción que conoció la historia desde aquellos negocios a cuerpo de rey que pregonaban los venezolanos allá por la década de los setenta hasta la infumable actual que involucra a partidos, políticos, sindicatos y….. vaya usted a saber….. “en esa noble tarea de la política” como se define un presunto corrupto.
Cuando ya no hay pañales ni dodotis que limpien tanta basura, cuando no hay más reservas morales que palien la inmundicia que inunda la clase política llega como corolario la postura cobarde de quien ante la falta de ética probada a lo largo de su trayectoria política enfangada la dignidad, perdido el honor y arruinada la credibilidad, la cobardía se apodera del gobernante y en vez de tomar una decisión ante conductas inadmisibles y que atentan a la integridad territorial del Estado acorde con la legalidad constitucional vigente, con una retórica vacua e insustancial se traicionan los principios normativos colocando a las partes afectadas, veremos cuales son, en la flagrante vulneración de la Constitución lo cual sitúa a las autoridades y funcionarios afectados en la ilegitimidad para el desempeño de los cargos.
Es decir que a la vista de lo acaecido, proceso manifiestamente sedicioso, no ha existido respuesta, en tiempo y forma, a una conducta presuntamente delictiva con lo cual, por comisión y por omisión, el Gobierno en pleno, el Ministerio Fiscal, la judicatura, son responsables directos de las posibles consecuencias que se deriven de los acontecimientos del 9-N.
El corolario más lamentable de la situación es que se observa una total ausencia de principios democráticos, no puede haber democracia sin leyes justas y legítimas y no las hay ni Estado de Derecho mientras se mantenga la dependencia del poder judicial y el Fiscal General del Estado sea un peón del ejecutivo. No es posible un poder judicial independiente mientras existan asociaciones ideológicas, jueces afiliados a partidos políticos, trasvases de jueces de la carrera judicial a la actividad política y nada digamos para concluir de los nombramientos partidistas del C.G.P.J. y del T.C.
Mentiras, corrupción, cobardía e ilegitimidad.
España 2014. Siglo XXI
Goás Chao, Domingo
Goás Chao, Domingo


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