El síndrome o complejo de Peter Pan

Cuando un adulto se niega a crecer y no asumir responsabilidades ni compromisos.

Existen ejemplares de machos de entre 30 y 60 años que se comportan infantilmente y no son capaces de responsabilizarse de sus propios actos. Este es un trastorno del desarrollo de la personalidad, donde el sujeto se niega a asumir el paso del tiempo, se niegan a crecer, sufre de “inmadurez emocional”, teme no ser queridos o aceptados, son niños eternos aunque muchos ya son padres. Mientras van pasando los años, su percepción interna de su personalidad permanece en la infancia. Son rebeldes, irresponsables, narcisistas, dependientes y no aceptan el envejecimiento, no poseen empatía y les agobia el mundo de los adultos. Existe también versión femenina, que son las “Wendy´s”, ambos se mueven entre; el País de nunca jamás y el mundo de la cruda realidad.

Síntomas

Aparenta estar seguro de sí mismo, pero es una coraza para ocultar sus verdaderas inseguridades. Tendrá dificultad para controlar sus sentimientos, protegiéndose en su pareja que esperara actúe como una madre. Usará “excusas” para disimular cualquier cosa que le sobrepase, hablará siempre de fantásticos proyectos, negocios increíbles o grandes aventuras amorosas…. Siempre deseará estar rodeado de juventud. Vive centrado en sí mismo y en sus cosas. No es responsable emocionalmente pero los demás si tienen que serlo con él, se siente permanentemente insatisfecho. Lo quiere todo ¡para ya! pero no se esfuerza por lograrlo. Suelen presentar; episodios depresivos, angustia, ansiedad, neurosis, obsesiones o histeria.

El origen

De niño se bloqueó emocionalmente por alguna carencia, al crecer sentirá la misma desprotección y angustia frente a lo desconocido. Al sentir que no es “querido”, no se comprometerá porque temerá que le hagan daño. La autoestima está dañada, al crecer intentará buscar seguridad en; su autoimagen, inteligencia, el trato con los demás o la cultura, relacionándose así y destacando por alguna de estas cosas.

La sexualidad

Donde más seguro y querido se siente es en el sexo. Aquí se dejará llevar aunque implique un riesgo disfrutando se una vida sexual desproporcionada e incontrolable. Son infieles, y no porque estén insatisfechos en su relación, sino por sentirse todo el tiempo deseados.

Tipos de Niños grandes

El ‘príncipe destronado’: cuando pierde la corona al nacerle un nuevo hermano, entra en crisis por el “desplazamiento”. El ‘vagabundo’: hijo de padres divorciados que pierde el sentido de nido, no sabe donde pertenece. Los ‘patitos feos’: no son tan guapos o listos, como sus hermanos o primos, siempre se sienten comparados. El ‘niño invisible’: sus papas se han dedicado más tiempo a sí mismos que a él, por lo que acaba “callando siempre para no molestar”. El ‘seductor’: lo ven guapísimo desde niño resaltando su físico constantemente, de adolescente irá de relación en relación sin llegar a comprometerse nunca, hasta que entre en crisis al llegar a ser un adulto solterón y mujeriego. El ’servicial’: tiene una baja autoestima que trata de suplir entregándose totalmente a sus parejas siendo muy sumiso. El `Narcisista e intelectual’: vivirá de ser bueno profesionalmente, temiendo la vejez. Un varón Peter-Pan puede presentar varios de estos sub-tipos conjuntamente.

¿Cómo ayudarle?

Permítele que se enfrente a su realidad y asuma las consecuencias de sus comportamientos y decisiones, aprendiendo a ponerse en el lugar del otro con empatía. Ante sus quejas y lamentos se le debe motivar para conocer sus sentimientos y ponerles nombres. Debe aceptar la imperfección del mundo, escuchar la voz interior que le dice qué es lo que debe hacer y no sólo lo que le apetece hacer por capricho.