Orixes dunha obra colectiva
NOTAS PREVIAS
A intrahistoria de Vilalba marcou hai cen anos un acontecemento de fonda relevancia, de longa traxectoria e de permanencia constante na vida diaria dos vilalbeses: a fundación do hospital asilo.
Conscientes da importancia de lembrar este acontecemento, os membros do Padroado da Fundación Hospital Asilo de Vilalba queren unirse a todos os veciños para facer público o recoñecemento de cantos contribuíron a que esta institución se mantivese viva e ó servizo da xente da comarca. Nesta lembranza están presentes os fundadores, os patróns que o foron ó longo dos cen anos da súa andaina, a congregación relixiosa que sostivo a institución durante tempos de penuria, os doadores, anónimos e non, os benfeitores, os voluntarios e todas as persoas que ata o hospital se desprazaban para aportar o seu traballo calado e que contribuían co seu óbolo a que o encomiable desexo dos fundadores tivese continuidade. E velaí os resultados: unha institución modélica de traballo comunitario onde teñen acollida as persoas que necesitan atención nos últimos anos da súa vida.
Ó longo das páxinas que seguen poderán valorarse os esforzos realizados, as dificultades que se deberon superar e as cantidades económicas que se manexaron para facer posible que Vilalba contase cunha institución socialmente demandada.
A realidade dos nosos días poderá ser obxecto de reflexións para comprendermos que sempre hai alguén que fai posible que a vida diaria continúe, pero é necesario ese alguén.
Esta obra é un bo exemplo de como o sentimento de ser de Vilalba, de pertenza a un grupo social, se consolida e axuda a sentirnos singulares, máis definidos, fachendosos de nós mesmos.
Os lectores que afonden nas informacións e imaxes que seguen saberán ver nelas os acontecementos polos que pasaron os vilalbeses que sentiron preocupación e tiveron ocupación na institución colectiva.
Non quixo o autor presentar un traballo diante de instancias académicas que pretendeu dar a coñecer que houbo un país e un tempo no que a xente soubo poñer en marcha obra que suplía carencias sociais necesarias e non atendidas. Para elaborar as páxinas seguintes baseouse en dúas fontes. As actas do Padroado que recollen os avatares das obras e os xornais que desde 1909 ata 1936 recolleron noticias referidas á construción e remate do edificio. E como a memoria das persoas aínda se mantén, tamén houbo entrevistas con veciños que recordan acontecementos ou situacións que serven para explicar os avatares da nosa intrahistoria.
Do sinalado e doutros acontecementos escríbese máis adiante.
Vaia a nosa gratitude e homenaxe a cantos contribuíron a que o hospital asilo fose, sexa, unha realidade durante máis dun século.
O Padroado da Fundación Hospital Asilo de Vilalba.
En Vilalba, no Hospital Asilo, a 16 de agosto de 2010.
Ano 1908 - Preámbulo
Falecemento do conde Pallares.
«El Eco de Villalba» de 1 de decembro de 1908 informa dun lutuoso acontecemento que apesarou a case todos os membros da colectividade de Vilalba. Velaí as súas palabras:
En el momento que nos disponíamos a enviar estas cuartillas a la caja, nos sorprende la triste noticia de la muerte del Excmo. Sr. Conde de Pallares, acaecida en el día de hoy, 12 de Noviembre, a las 10 de la mañana.
Sin tiempo para más, nos limitamos hoy a encomendar su alma al Todopoderoso, a la vez que enviamos sentido pésame a su familia.
O mesmo xornal ofrece unha biografía do finado. Destacamos os seguintes parágrafos:
D. Manuel Vázquez de Parga Somoza y Pallares nació en su casa de Penas-Corveiras, lugar muy próximo a Villalba, de la vecina parroquia de Sancobad, en 1 de Junio de 1828. Fue bautizado en la ermita de Guadalupe, sita en la misma parroquia por estar entonces efectuándose reparaciones en la iglesia principal.
A los 23 años, o sea en Mayo de 1848, se graduó de Bachiller en Jurisprudencia en la Universidad de Salamanca y en Junio de 1852, de Licenciado en Derecho civil y canónico. En 1850 era ya director de un periódico titulado «Revista de Galicia» que se publicaba cada quince días y del cual había sido fundador.
En 25 de junio de 1853 fue admitido Caballero de la Real Maestranza de Caballería de Ronda; nombrado Regidor del Ayuntamiento de Lugo en Noviembre de 1856; decano del Colegio de Abogados de la misma capital en 1857; y Vicepresidente de la Junta de Estadística de la provincia desde este último año hasta 1870. Fue gentilhombre de Cámara de S.M. la Reina Da Isabel II, de D. Alfonso XII y su augusto hijo D. Alfonso XIII.
Fue diputado a Cortes por Lugo y por primera vez, en 1857; más tarde lo fue por Mondoñedo y Villalba. Trabajó mucho en pro del engrandecimiento de Galicia siendo uno de los firmantes de la proposición de ley de concesión del ferrocarril de Palencia a la Coruña que él redactó como secretario de la reunión de Diputados de las cuatro provincias gallegas. A su gestión se debe también la construcción de la carretera de Rábade a Ferrol. En la prensa de Madrid y Galicia escribió infinidad de artículos en defensa de los intereses generales de la hermosa región en que nació.
En 1860 fundó y dirigió el periódico «El Correo de Lugo» y más tarde «El Eco de Galicia»
En 1870 fue diputado provincial por Trasparga. Largo sería enumerar todos los cargos desempeñados por lo que mencionaremos tan solo los más importantes: Durante la Restauración fue nombrado Diputado provincial y Presidente de la Diputación de Lugo, de cuyo cargo no se posesionó. Fue consejero de Instrucción Pública e Inspector general del ramo en las Universidades. En 1877 fue nombrado senador vitalicio, siendo este mismo año presidente de la Exposición Regional de Lugo. Fue Director General de Propiedades y Derechos del Estado, Ministro del Tribunal de lo Contencioso Administrativo y Consejero de Estado. En la legislatura de 1896-97 fue Vicepresidente del Senado y aún no ha mucho presidió en aquella Cámara la Comisión del Concordato con Roma.
Estaba condecorado con las grandes cruces de Carlos III, la de Isabel la Católica, del Mérito Naval y la medalla de oro de la Jura de S.M. el Rey D. Alfonso XIII.
Se le había expedido la Real carta de sucesión en el condado de Pallares en 7 de junio de 1857.
Su muerte ha sido muy sentida en toda la provincia, probándolo así los sentidos artículos necrológicos que la prensa de todos los matices dedica a la memoria del ilustre finado. En Villalba ha sido general el sentimiento que su fallecimiento produjo y de ello dan testimonio los funerales que por su eterno descanso se celebraron en la iglesia parroquial que en otro lugar reseñamos y a los que concurrió el pueblo en pleno.
EL ECO DE VILLALBA se asocia a esas manifestaciones de dolor y hacemos votos porque el finado conde se encuentre en las alturas, gozando de la paz del Señor.
Celebráronse funerais na igrexa parroquial:
Solemnísimos han resultado los funerales celebrados en la iglesia parroquial el día 26 último por el eterno descanso del Excmo. Sr. Conde de Pallares.
En la nave central del tempo se levantaba un severo catafalco, en derredor del cual ardían un centenar de blandones. En las naves laterales tomaban asiento las diversas representaciones que asistieron de la capital de la provincia y de todos los ayuntamientos del partido.
Formaban el duelo el Sr. Gobernador de Lugo, D. Gerardo González; el alcalde de Villalba, D. Andrés Basanta; el Presidente de la Diputación, Sr. Batallón; el ex presidente de la misma D. Pastor Maseda; y el director del Instituto de Lugo, Sr. Portabales.
Además de estos señores asistieron también de la capital los diputados provinciales D. Francisco García Armero, D. Antonio Díaz Requeijo, D. Emilio Tapia, D. Tomás Martínez Riguera, D. Vicente García Rodríguez, D. Eduardo Rosón y D. Julio Arias; D. Victoriano Sánchez Latas, registrador jefe de Fomento; D. Pedro González Maseda; secretario de la Diputación; D. Carlos Iglesias, inspector jefe de Sanidad; D. Julio Iglesias y D. Jesús García, concejales del municipio de Lugo; D. Jesús Maseda Vázquez de Parga, abogado; D. Antonio Armero, bibliotecario provincial; D. José Armas, abogado; D. Ramón Olano, depositario provincial; D. Juan Bautista Varela, magistrado sustituto; D. Antonio Bellón, ex alcalde de Lugo; D. Gerardo Quintero, corredor de comercio; D. Indalecio Varela Lenzano, oficial primero de la Diputación; D. Ismael Fernández, abogado; y D. Luís García Olano, ayudante de Caminos Provinciales.
Ofició el señor arcipreste de la S.I.C.B. de Lugo, asistido del canónigo de la misma, señor Carrera y del párroco de Sancobad. Asistieron al acto más de cincuenta señores sacerdotes de esta villa y parroquias limítrofes.
Contribuyó poderosamente a dar solemnidad a la fúnebre función la Capilla de la Catedral de Lugo, venida con tal objeto. La música que interpretó fue el Cherubini; el Liberame Domine y Requiescant, de Cosme de Benito; y el Invitatorio de Palacios...
El amplio templo de Santa María resultaba insuficiente para contener los numerosos fieles que concurrieron de esta villa y aldeas comarcanas, habiendo necesidad de abrir de par en par las puertas.
Cando isto aconteceu, que se dicía por Vilalba? Seguiremos as páxinas de «El Eco de Villalba».
«El Eco de Villalba. Revista mensual consagrada a la defensa de los intereses de Villalba y su comarca».
O 1 de xaneiro de 1908 nacía este periódico impreso da vila. Foi o primeiro dunha longa serie. Primeiro mensual, logo pasaría a quincenal. Era o seu administrador José Novo Pardo con enderezo na Ferrería no 20. Estivo dirixido por Manuel Mato Vizoso ata que faleceu en 1909 e máis tarde por Manuel Bermúdez. Era de tendencia conservadora, clerical e defensora dos valores galegos: «Todo por la religión y por la patria». Nas súas páxinas tiñan cabida colaboracións literarias tanto en galego como en castelán. Mantivo controversias con outros dous xornais dos que foi contemporáneo: «El Ratón» e «El Vigía». Imprimiuse, sucesivamente, nos talleres de César G. Seco Romero, H. Mancebo e El Cruzado, todos de Mondoñedo. A partir do primeiro de xaneiro de 1915 na imprenta «La Constancia» de Jesús Fojo, quen se establecera en Vilalba.
«El Eco de Villalba» marcou o nacemento dunha riqueza xornalística na vila durante o primeiro terzo do século XX. Este tipo de prensa local aparecería coa finalidade de chegar a todos os lugares e mostrar opinións e vontades a favor de ideoloxías. Detrás estaban as intencións de captación de apoios e votos dos protagonistas da vida política do momento ou dos que aspiraban a entrar nela.
Durou «El Eco de Villalba» ata decembro de 1915. En certa medida foi continuado polo «Heraldo de Villalba», tamén conservador, a partir de marzo de 1916.
Nas súas páxinas tiveron cabida noticias sobre a historia de Vilalba, novas de actualidade, divulgacións de melloras agrícolas e gandeiras, natalicios e falecementos, ecos de sociedade, relixiosidade, listas de quintos, opinións, colaboracións literarias... A xeito de exemplo: Evolución da poboación de Vilalba (1762-1910).
Na segunda metade do século XVIII e inicios do XIX a poboación estancárase. Trinta e tres anos despois os veciños multiplicáronse por 2,37 ó aumentaren os habitantes: nova xente que se establecía. Sesenta e oito anos máis tarde, 1910, os habitantes multiplicáronse por 4,46: continuaban os novos establecementos e melloraba a esperanza de vida.
Como respondeu a Vilalba do século XIX ante tal aumento de xente? Nunha economía rural, agraria, de subsistencia, esta presión demográfica non podía ser absorbida polo sistema produtivo. Nin se crearon industrias nin a súa situación estratéxica de cruce de camiños foi aproveitada para mellorar as comunicacións. A resposta é ben coñecida: emigración.
Tamén polas páxinas de «El Eco de Villalba» sabemos que no municipio de Vilalba, en 1907, houbo 480 nacementos, 84 matrimonios e 135 defuncións. Polo tanto o crecemento vexetativo foi de 345 habitantes. E iso sen ter en conta a alta mortaldade que se daba entre os menores de dous anos.
O ferrocarril. Un asunto no que había postas grandes esperanzas era que Vilalba contase cunha vía férrea que dese comunicación a viaxeiros que movese as mercadorías na comarca e que crease riqueza. Existía a pretensión de construír un desvío para a costa luguesa da vía férrea PalenciaA Coruña, máis concretamente un desvío que desde Rábade ou Baamonde fose ata Ribadeo pasando por Vilalba e Mondoñedo. Nos anos do segundo decenio do século XX as miras poñeríanse nun tranvía eléctrico con similar itinerario.
Pero tampouco foi. E máis tarde o denominado ferrocarril Central Galego nunca callaría. O esperado e desexado medio de transporte que sacara a comarca do seu atraso nunca chegou. E Vilalba seguiu por moitos anos sendo o centro de estradas miserentas e enlamadas maila a súa posición estratéxica na Galicia Norte, lugar onde converxen os camiños que unen as costas norte e oeste coa Meseta lucense! Se cadra o ansiado despegue económico do sector primario, potenciador da produción agrícola, gandeira, forestal... aínda está esperando polo tren.
O problema da luz eléctrica. Estaba de máxima actualidade. Había constancia da necesidade da electricidade, moderna fonte de enerxía que servía para iluminar e mover máquinas. Despois dalgunha tardanza foi a empresa mindoniense «Hidroeléctica del Tronceda» a encargada de dar subministro á vila, pero a potencia que chegaba non era de abondo, o tendido mellorable e cortábase cando chovía ou había algo de temporal, é dicir, case sempre.
Houbo propostas para construír unha fábrica de luz específica no veciño concello de Muras aproveitando orografía e pluviosidade favorables. Contábase que abondaría para dotar o municipio de Vilalba de suficiente subministro. Pero nada se fixo. Falta de vontade, de financiamento, de decisión,...?
Tanto para este asunto como para o do ferrocarril sempre se confiou que as solucións chegasen de fóra.
