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La vida sigue igual... para algunos

sábado, 13 de septiembre de 2014
Aquí no tenemos Bolsa ni hay demasiada gente que pise el Parquet, pero nos sobra esfuerzo e imaginación para resistir el envite de estos “Mercados”, a los que los expertos culpan de nuestros males, al margen de Rajoy y sus mariachis.

Tiene el país un millón de ejemplos nacidos para crear riqueza y empleo, aquí y allá. Ya se sabe, somos un mundo y por eso la empresa gallega llega a todas partes. La historia de la modernidad de Galicia, pese a la madre de todas las crisis, nos dice que mantiene el tono imaginativo que siempre caracterizó al empresariado gallego, cuya creatividad ha interesado siempre más allá de nuestras fronteras.

Contamos con un millón de gallegos residentes en 125 países del mundo, entre los que se distinguen emprendedores con gran presencia social en sus lugares de residencia. Son una cuarta parte de la población gallega global y nuestros mejores embajadores.

A nuestros clásicos, a los grandes grupos de la moda, la automoción, las piedras ornamentales, las conserveras, los astilleros o los productos alimentarios congelados, hay que añadir ahora otros sectores como el vitivinícola, las industrias auxiliares de la aeronáutica, la madera o pequeñas empresas tecnológicas que no pasan desapercibidas en este mundo de locos por las comunicaciones.

Por eso las exportaciones gallegas aumentaron sus cifras en plena depresión económica, porque tenemos producto y cuando nos vienen mal dadas redoblamos los esfuerzos personales y empresariales.

Por lo antedicho, porque tenemos país y gentes que lo hacen más grande de lo que incluso es, no entiendo que desde las administraciones no se piense más que en recortar y recortar el gasto, para terminar invirtiendo millones de euros en una vuelta ciclista que a nadie le interesa ya; la prueba la tienes en las audiencias de televisión y en los escasos espacios que ocupa en la información deportiva.

Desde las administraciones no hay ayudas, sin embargo, para esas pequeñas empresas que están haciendo un esfuerzo brutal por mantener la puerta abierta y el nivel de empleo; ejemplos me sobran pero me los callo, no vaya a ser que alguien siga confundiendo churras con merinas.

La inversión pública en el sector privado ha descendido el ochenta por ciento en el último semestre de este año y conviene recordar que el sector privado es el que genera empleo. Las administraciones, por el contrario, no generan nada más que gasto al margen de las buenas intenciones de algunos dirigentes y de los personalismos.

Os voy a poner un ejemplo y termino: fui invitado esta semana a comer a cierto restaurante de los muy concurridos de Compostela. En el estaban sentados, frente a suculentas viandas salidas de nuestras rías, tres directores generales de la Xunta. La factura, de 270 euros, fue firmada por uno de ellos pero bien me fijé que se la repartían seis comensales. Al salir, tres coches “oficiales” con sus correspondientes chóferes les esperaban a la puerta. Eso sí, repartieron sonrisas y abrazos por el amplio comedor…

O sea. No hay reducción de gasto, ni reducción de cargos públicos, ni reducción de nada que ponga en peligro la estabilidad del partido. Si no eres del PP, jodete, jodete, cantaba Baltar padre. Aquí, en la administración sigue todo igual y continúan todos los políticos cobrando los mismos sueldos. Otra cosa, son los funcionarios, a los que han convertido en los pobres de esta película…

Que a nadie le extrañe que las masas vuelvan a rebelarse en las próximas elecciones.
Rodríguez, Xerardo
Rodríguez, Xerardo


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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