García Abril y el cine

Hace apenas unas semanas el compositor Antón García Abril, este “gallego de Teruel” que ha dedicado enteramente su vida a la música recibía la Medalla de Oro que otorga la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España, entre otros de los muchísimos reconocimientos que el mundo entero le brinda con motivo de su 80 aniversario. Merecidos homenajes que lo conducen a Nueva York, París, Tokio, Madrid…y a los que Ferrol también quiere sumarse, valorando la especial vinculación que el célebre compositor ha mantenido siempre con Galicia, considerada por él “tierra de poetas”, una afirmación que adquiere más relevancia conociendo la importancia que el músico dedica a la poesía, creando con versos de Cunqueiro, Celso Emilio Ferreiro, Ramón Cabanillas… páginas musicales tan hermosas como las Cuatro Canciones sobre textos gallegos o las Canciones Xacobeas, en las que la melodía proclama la mejor manera de expresarse la música convirtiéndose en su cauce más directo.

Óperas (como la de Divinas Palabras, con texto de otro gallego universal, Valle-Inclán), obras para orquesta, cantatas, conciertos…avalan a García Abril como uno de los compositores más interesantes de la contemporaneidad, además de ser uno de los principales exponentes del sinfonismo cinematográfico en nuestro país, componiendo inolvidables bandas sonoras. ¿ Quién no recuerda los magníficos compases de Fortunata y Jacinta, Ramón y Cajal o El Hombre y la Tierra, en una música capaz de expresar por sí misma el pulso incesante de la vida, la inconmensurable fuerza de la naturaleza?.

Muy pronto podremos contar en Galicia con la presencia del Maestro que acude a su cita anual con el Curso Internacional de Música en Compostela en el que imparte las enseñanzas de composición, como un faro dentro de la creación musical más actual. Él mismo dice “cuando llego a Santiago sale el sol”. El sol de la música con su presencia.