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Las mujeres no son tan complicadas

martes, 08 de julio de 2014
En un momento puedes resolver todas las incógnitas
de un cuerpo femenino

Esforzarse solo por buscar un agujero para introducir el “falo varonil” en él, es tarea muy conocida para casi todos los hombres, para volver a una hembra “loquita del todo”, pero en el juego sexual hay muchas más zonas que todavía muchos no saben ni dónde están ni para qué sirven. Explorar sensaciones más placenteras de rincones escondidos que esperan ser descubiertas ¡es muy excitante!. El placer femenino está lleno de mitos, y no a todas les gusta lo mismo, con lo que cada una es universo por conquistar.

El abecedario sexual

El punto G, por sorprendente que parezca aun hay muchos machos y féminas que no saben ni donde está, ¡y ya va siendo hora!, hallándose a pocos centímetros de la entrada de la vagina, es un “currunchito” lleno de sensibilidad, para activarlo basta con presionar y acariciar suave, de derecha a izquierda, en círculos y de arriba a abajo, con los deditos o con un pene “juguetón”. El punto A (Anterior Fornix Erogenous), ubicado a medio camino entre el Punto G y el cuello de la vagina. Si se estimula correctamente se pueden erradicar la anorgasmia y la sequedad vaginal ¡de golpe!. Cualquier posición por detrás a la mujer, serviría para engatusarla. El punto U, está en la uretra, separando los labios mayores entre el clítoris y el comienzo de la entrada de la vagina, ¡área terriblemente sensible!, la lengua es la mejor opción para llenar de pasion esta pequeñita región, y estimulando a la par el clítoris. El punto K , esta al fondo de la vagina, casi llegando al cuello del útero, lugar difícil de abarcar para tamaños modestos de pene, pero se puede intentar.

Zonas mágicas

Cabello: lo más importante es conseguir hacer sentir bien a tu pareja, acariciarla suavemente en la nuca y cuero cabelludo le ayudará a motivarse. Nariz, el olor a pan recién hecho y el de sudor "fresco" son los olores más estimulantes para mayoría de las mujeres, tener las “feromonas adecuadas” es lo que te hace que te seleccionen o no y eso es pura biología, nuestro instinto más animal. Labios de la boca: son hermanos de los que están en los genitales, hinchándose e intensificando su color durante la excitación, al pintarlos de rojo estarás despertando a los demás, inconsciente o consciente, la atención sexual. Axilas; acariciar o besar suavemente esta zona incita a “erogenizar” el resto del cuerpo. Hombros; para muchos hombres es un lugar de atracción y para la mayoría de las mujeres si se los tocan se mueren del gusto. El cuello; zona erótica por excelencia, ¡un beso aquí es llevarla al cielo!. La clavícula; un beso en el hueco de la clavícula puede provocar un desmayo porque al presionar el latido de la carótida corta el riego sanguíneo del cerebro, ¡andar “con xeito” con este lugar!. Pecho y pezón: es la segunda zona erógena más importante del cuerpo femenino, de paso obligado antes de ir a cualquier otro punto “candente”, succionarlos correctamente les hará crecer de tamaño y a la mujer aumentar su deseo hacia ti.

La rabadilla, conocida como el final de la espalda, si se presiona convenientemente hará que la sangre fluya a los genitales llenándolos de predisposición a más placeres. Trasero; para la mujer no suele ser especialmente una zona súper erógena siéndolo más para la vista del varón al desear dar palmoteos y penetrar por detrás.

Botones del deseo

Lóbulos: besar detrás de la oreja y susurrar palabras hermosas, predispondrá a rozar el limbo, lamer con delicadeza toda esa zona recorriendo la línea de unión entre la oreja y la nuca, ¡es infalible! para que caigan a tus pies. Triangulo de Venus; esta en el pubis, bordea su bello apuntando como una flecha al epicentro del terremoto sexual femenino, que a diferencia del otro triángulo, el de las Bermudas donde la gente se pierde para siempre, aquí encontrarás en cada repaso de lengua el “suspiro” de tu chica. El clítoris: la única función de este órgano es sentir gratitud y placer, al tocarlo como debe ser conducirás a una mujer a explotar orgásmicamente, con los dedos o la lengua la podrás enloquecer.
Castro Liz, Ana
Castro Liz, Ana


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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