Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

El referéndum catalán

sábado, 14 de junio de 2014
En el tema del referéndum de autodeterminación de Cataluña el Gobierno no debería buscar el enfrentamiento dialéctico con los políticos catalanes porque estos son muy hábiles y los del Gobierno tal vez menos, y pueden salir perdiendo al caer en sus trampas dialécticas. Y si es en un debate parlamentario, que ve todo el mundo, peor todavía.

Ellos pueden convencer a muchos con frases como: "El pueblo catalán es soberano"; "¿por qué los catalanes no pueden decidir si quieren ser o no independientes?; "los pueblos tienen que elegir su destino". No es fácil rebatir tales planteamientos y convencer, y un político que no sea hábil se puede quedar sin argumentos.

Por otra parte, están la prensa y los debates televisivos en los cuales todos los días se habla de lo mismo: la independencia de Cataluña, y esto va minando poco a poco a la gente y a algunos hasta les puede hacer dudar.

Amenazarles con que se quedarían fuera de la Unión Europea, tampoco valdría, porque eso no es nada seguro. Estos son muy cerriles y, con el tiempo, pueden convencer a los de Bruselas que, como los de Estrasburgo, suelen andar bastante despistados y, por otra parte, tampoco es seguro que a los demás Estados miembros les importe mucho el tema.

Tampoco serviría recurrir a los empresarios, porque estos no suelen dar puntada sin hilo y se pondrán al sol que más calienta, es decir, en cualquier momento pueden cambiar de parecer y estar a favor de la independencia o autodeterminación siempre que ello les suponga obtener más beneficios económicos.

Tal vez, con lo único que se les podría hacer frente sería con el tema del fútbol, porque el fútbol, que para algunos es casi como una religión, es lo que de verdad importa a la gente. El que, con una Cataluña independiente, el Barça no pudiese jugar en la liga española ni el clásico contra el Real Madrid seguramente echaría para atrás a muchos independentistas.

En definitiva, que cuanto más se hable del tema, peor. Por ello, sólo queda recurrir a la Constitución, con todo lo que ello conlleva, porque las leyes están para cumplirlas, no para discutirlas o negociarlas. Esperemos que se convenzan de ello, para evitar tener que tomar otras medidas, eso sí, constitucionales.
Paz Palmeiro, Antonio
Paz Palmeiro, Antonio


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES