La generación olvidada

“La música es la misma voluntad que se hace
armonía, melodía, ritmo…”

Una voluntad que los músicos españoles de la generación de 1914 entrelazan con las corrientes europeístas de la intelectualidad del momento – D´Ors, Gabriel Miró, Ortega y Gasset..-y que la Fundación Juan March vuelve a recuperar a través de un ciclo de conciertos retransmitidos en directo por Radio Clásica ( RNE) con la puesta en valor de compositores de importancia capital como Falla o Turina y otros que les suceden siguiendo la senda por ellos trazada: Mompou ( del que no puedo dejar de celebrar su Música callada y su reflexión “la mejor palabra es la palabra no dicha”),, Toldrá, Blancafort…La Gran Guerra va a determinar esta corriente comprometida activamente con la transformación de la sociedad, interrelacionándose la música española con la europea y creadores como Ravel, Satie, Stravinsky y sobretodo Debussy, reconocido por Ortega y Gasset en su ensayo Musicalia, en el que además afirma que el arte es expresión de sentimientos - “ la música es siempre sentimental” -, desarticula la música romántica y pone en valor la del impresionista francés, calificándola tan impopular como “la ciencia a la que la muchedumbre renuncia ipso facto para ingresar en su recinto misterioso”.

Son estos los músicos que van a organizar la Sociedad Nacional de Música (a partir de la efímera Sociedad Wagneriana), con el fin de desarrollar y difundir la música moderna española.

Lo cierto es que se convierten en auténticos pilares de nuestra historia musical con su estética entendida libre de formas sonoras en la que no faltan evocaciones paisajísticas, un refinado andalucismo y expresiones íntimas sugerentes y delicadas.

Ellos precederán la edad argéntea de la Generación de la República creando páginas inolvidables de nuestra literatura musical que no merecen ni deben ser olvidadas.