Y después, ¿qué haces?

Y DESPUES DE TENER SEXO, ¿QUE HACES?

Como te comportas en un momento tan relajado es casi tan importante como lo que sucede antes

Al terminar de hacer el amor, ¿qué sucede? ¿os contáis vuestra vida y obras? ¿Enciendes el clásico cigarrillo? ¿Te vas a tu casa? ¿Simplemente te duermes?. Hacer el amor es el momento de mayor intimidad que poseen dos personas, sean desconocidos o un matrimonio que lleve mil años juntos; donde los cuerpos se funden, los sentidos se agudizan y cada uno se entrega como puede al otro, aunque solo sea por un breve espacio de tiempo.

Ese “después” puede resultar desde un momento glorioso a incluso ser incómodo, según sea la confianza que poseas con tu adversario en el catre. Rara vez se sabe lo que pasa, pocos lo comentan entre su círculo de amistades, es un misterio interesante que guarda las claves de la satisfacción de pareja.

Prohibido dormirse

Cuando existe monotonía entre ambos al quedar K.O, te duermes sin más o retomas tu actividad habitual; hacer tareas domesticas, ir a trabajar, es decir hacer como si no hubiese pasado nada, sin tomarse ni un momento para alargar el romanticismo en la cama, ¡maldita sea la rutina que se “carga” toda la pasión!. El hombre tiene más facilidad para quedarse dormido “ipso facto” porque su cerebro desactiva cualquier sensación de deseo posteriormente, unido a su terrible problema para expresar los sentimientos, se evade fácilmente con el tan escuchado; “¡mañana hablamos!, ¿vale?”_ eso no mola nada, frustrando montón a la mujer.

Mimarse y dialogar, tras disfrutar de un buen sexo es una forma excelente de expresar el compromiso que se tiene. La charla post-coito es tan importante como lo que pasa previamente, si siempre te quedas dormido propiciarás que la comunicación se enfrie, separándoos como un glaciar y costando luego más acercarse uno al otro.

Nunca digas, ni hagas

¡No des la espalda!. Vale, te has quedado relajado pero de ahí a tener que “entrar en coma” como si acabarás de hacer el tour de España, ¡hay una gran diferencia!. No te lances como un tigre de nuevo sin un breve descanso de mimos y ternura. No compares con anteriores parejas o situaciones, no es una oposición para sacar plaza al “mejor polvo” de tu vida. En el “ranking” de preguntas más odiadas están: “¿En qué piensas?”, “cagada” típica del género femenino, en ese momento ¡no piensas en nada!, estas lleno de sensaciones. Luego el: “¿cómo estuve?”, sabes muy bien que si fue pésimo el polvo y digas lo que sea, ¡hundes a esa persona!, además en su rostro se verá como ha quedado de satisfecho. Y por último el inigualable: “¿me quieres?”, también favorito planteamiento de las mujeres, a ver, si lo dudas antes de tener el encuentro ¡hay que ser muy osada para lanzarse sin saber de qué palo va contigo!.

El varón suele lucirse con enigmas tales; “¿Cuántos orgasmos tuviste?”, no es una obligación tener quinientos a veces ni tan siquiera uno, es mucho mas importante el trato, el deseo que muestres y lo que le digas o como la ames. No comentes nunca conversaciones ajenas a los dos, es importante escoger los momentos para cada cosa. No te marches al momento, sin avisar, al baño, ducha o comer algo, o si tienes prisa ¡ten delicadeza!, no pienses solo en ti y haz sentir especial a esa persona.

Ten en cuenta

Un abrazo enredado que dure minutos alargará la sensación de placer que deja el orgasmo y ayudara a recuperaros físicamente. Daros masajes, eso os reconfortará. Hablar de vosotros, es quizás la ocasión más intima que se da entre dos seres para sacar afuera lo más profundo y secreto, comenta lo que te gusta en el sexo y gustaría te hiciera, tus inquietudes y sentimientos. Reíros mucho y besaros hasta quedar exhaustos, eso tonifica el ánimo, ¡uno se queda “roto” después del clímax!. Si hay que levantarse: ducharos juntos, enjabonándoos fomentareis el dialogo,. Desayunar: en la cama o si es en la cocina, reponer fuerzas con un zumo de naranja, incluso puede que tengáis más sexo.