Poesía eres tu...

“No digáis que agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira:
Podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía…”

Y así continúa Bécquer anunciando la poesía del amor, de la naturaleza, de la armonía, del misterio, de la humanidad, del llanto, de la alegría…de todas estas cosas que nutren a los poetas y a la poesía, ninfa de las fuentes adorada en Helicón, que se transforma en musas con los nombres de las cuerdas de la lira que siguen alumbrando con su fina lámpara a los “hacedores” de versos, de Virgilio a Rimbaud, de Unamuno a Verlaine, en un largo recorrido por los poetas santos, los malditos, los abstractos, políticos, incomprendidos, románticos, surrealistas, intelectuales o místicos.

Ahora, cuando acabamos de celebrar el Día Internacional de la Poesía, que llega con la savia renovada de la recién nacida primavera, acuden a mi mente ¡tantos versos!:

“Desperté de ser niño./Nunca despiertes./ Triste llevo la boca./ Ríete siempre./ Siempre en la cuna, defendiendo la risa pluma por pluma…”, versos que a veces más que palabras son un credo, una oración:

“Ser en la vida romero/ romero solo que cruza siempre por caminos nuevos./ Ser en la vida romero/ sin más oficio, sin otro nombre y sin pueblo./ Ser en la vida romero…sólo romero/ Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo,/ pasar por todo una vez, una vez solo y ligero/ ligero, siempre ligero…”.

Porque el poeta es igual, allá arriba, en la altura. Desterrado en el mundo concluyó la aventura…Una aventura que se alza con alas de gigante para cantar, como pájaros de la luz que alumbra diáfana, lo que persiguen los hombres:

“poetas, nunca cantemos la vida de un mismo pueblo, ni la flor de un solo huerto. Que sean todos los pueblos y todos los huertos nuestros”.