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Tirar los tejos: Duro oficio

martes, 25 de marzo de 2014
Los valientes se lanzan e invitan a la seducción apuntando en la diana correcta.

Antiguamente los chicos jugaban en las plazas de los pueblos, a “tirar el tejo” (con una piedra o trozo de teja) contra un palo de madera para derribarlo, apuntaban hacia las chicas que les observaban, para atraer su atención así se acercaban, les sonreían o hablaban. De ahí se fue ampliando la expresión, “tirar los tejos”, cuando un interesado hace o dice algo para intentar hacerse con la “intimidad” de otra persona.

Hoy en día pretender con nocturnidad y alevosía, sea el estado civil que se posea hacia múltiples y varias personas, conocidas o por descubrir en una situación que bajo los focos de neón, o sea discoteca o bar-pub habilitado para tal fin o similar es una habilidad desarrollada por amateurs y profesionales que lo convierten casi en un oficio, en cualquier lugar del mundo.

La finalidad va desde conseguir citas para otro día, o tener una alegría erótico-festiva en esa misma noche, supliendo así la necesidad de mimos y arrumacos necesario para la supervivencia, hasta pueden desplegar todos sus encantos de galán para enamorar a princesas.

¿Cómo entrar a una chica?.

Un pretendiente seguro de si mismo, ¡se come el mundo de un bocado!, no necesita la aprobación de nadie. Encontrarse animado ayuda para arrancarse con las primeras palabras y entrar a la usuaria seleccionada para tal menester. Respirar profundo, armarse de valor y tirar de frases divertidas y elocuentes anteriormente ya preparadas como de un temario de oposición se tratara, aderezadas con un buen sentido del humor, puede hacer que apuestes sobre seguro, si logras sacar una sonrisa de inmediato.

Eso libera tensiones y facilita al segundo paso: la conversación profunda, esa en la que se suele arreglar todos los problemas de mundo y saca lo más filosófico de ti, hará que ella caiga enamorada en cuestión de uno o dos gin-tonic. Los más atrevidos pueden “arrancarse” con eso de: “¡Hola, me llamo “fulanito”, recuérdalo bien porque al terminar esta noche lo gritaras pidiéndome mas y pronunciando a la vez a todos los santos del cielo!”. O se “descojona” o te tira el cubata por encima, un tirador de tejos profesional nunca verá eso como una ofensa, sino que pensará que esa chica es una insensata que no sabe reír sus gracias. Con la música a todo trapo, bullicio a tu alrededor, estás con tus amigotes, con unas copas te sientes como un "Súper Hombre", pero ten cuidado si al pasar el efecto te conviertes en un ser de carne y hueso.

El que domina la verborrea nocturna también lo hace con la luz del sol, un profesional del ligoteo sabrá enfrentarse a cualquier hora del día.

El despliegue de medios

Tener mucha autoestima es importante en esta especie, la seducción es rápida, si alguien te dice que no, vas por otra rápidamente, y si esa otra te rechaza vas por más. El optimismo no te abandona y tú de perdedor tienes muy poco. Son ellas las que no tienen gusto ninguno y no saben lo quieren.

Ser astuto no vale para cualquiera solo para esta intrépida selección de machos alfas, nadie como ellos analizan la situación; si las chicas están solas o con novio, no se lanzan como animales en celo, ellos saben esperar al momento adecuado. Estudian detenidamente todos los obstáculos a derribar antes de acercarse, si hay competencia de mas “tiradores de tejos” alrededor, amigas empalagosas, etc. Entrar primero a la más fea del grupo, como estrategia para poder entablar con las demás conversación se utiliza.

La necesidad facilita las señales

La insinuación bien entendida puede hacer que un hombre necesitado se esfuerce poco, con una dosis considerable de egocentrismo y estar muy ansioso de sexo, puede hacer que se vean letreros con flechas indicativas de que; “vas bien sigues así” ¡por todas partes!. Que las chorradas que digas hagan tanta gracia para que la chica se pase 5 minutos riendo cada una o si te toca los brazos, espalda o pecho puede ser otra señal de que lo vas haciendo bien, si tiene interés real en ti se empleará más a fondo, pueden descartarte y que sea el fin de la partida o puede ser el inicio de algo pero si no lo intentas no sabrás.
Castro Liz, Ana
Castro Liz, Ana


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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